Hortensia De la Torre


CARTAS SOBRE YOGA

por

Sri Aurobindo


Tomo I, Sección IV

LA RAZON, LA CIENCIA Y EL YOGA

 

 

El pensamiento metafísico europeo – inclusive en aquellos pensadores que tratan de probar o explicar la existencia y naturaleza de Dios o del Absoluto – no va más allá del intelecto, en sus métodos y resultados. Pero el intelecto es incapaz de saber la suprema Verdad; él solo puede recorrer el camino buscando la verdad y obteniendo representaciones fragmentarias de ella para tratar luego de unir los pedazos, no la verdad en si misma. La mente no puede llegar a la Verdad; ella solo puede construir una forma o un grupo de ellas que traten de representarla. Por lo tanto, al final del pensamiento europeo, debe haber siempre Agnosticismo, declarado o implícito. El intelecto, si sinceramente llega hasta su propio final, tiene que regresar y dar el siguiente reporte: "Yo no puedo saber; hay o por lo menos me parece que puede haber o inclusive debe de haber Algo más allá; alguna Realidad última, pero acerca de su verdad, yo solo puedo especular; o es inconcebible, o no puede ser concebida / conocida por mi." O, si el intelecto ha recibido alguna luz en el camino más allá de él, puede decir también: "Hay quizás una consciencia más allá de la Mente, porque me parece captar vislumbres, e inclusive obtener insinuaciones de ella. Si eso está en contacto con El Más Allá o si es en si El Más Allá, y tu puedes encontrar alguna manera de llegar a ella, entonces ese Algo puede ser conocido, pero no de otra forma."

Cualquier buscador de la Verdad suprema a través del intelecto solamente, finaliza en un Agnosticismo de esta clase o de otra manera en algún sistema intelectual o en alguna fórmula construida por la mente. Ha habido cientos de estos sistemas y fórmulas y pueden haber cientos más, pero ninguno puede ser definitivo. Cada uno puede tener sus valores para la mente, y diferentes sistemas con conclusiones contrarias pueden tener una misma atracción / exhortación para los razonamientos con un igual poder y competencia. Toda esta labor de especulación tiene su utilidad en entrenar la mente humana y ayudar a tener en cuenta / visualizar / comprender la idea de Algo Supremo más allá, hacia lo cual ella debe dirigirse. Pero la Razón intelectual solo puede vagamente apuntar o sentir a tientas la Verdad, o tratar de indicar aspectos parciales e inclusive conflictivos de su manifestación aquí; pero no puede entrar en ella y conocerla. Tanto como permanezcamos en el dominio del intelecto solamente, un examen imparcial sobre todo lo que ha sido pensado y buscado, un constante abandono de ideas, de todas las posibles ideas y formaciones de estas y aquellas creencias filosóficas, opiniones y conclusiones, es todo lo que se puede hacer. Esta clase de búsqueda desinteresada por la Verdad sería la única posible actitud para cualquier inteligencia amplia y plástica / flexible. Pero cualquier conclusión a la que se llegue sería solamente especulativa; no podría tener valor espiritual; ella no daría la experiencia decisiva o la certeza espiritual que el alma busca. Si el intelecto es nuestro mayor posible instrumento y no hay otro medio de llegar a la Verdad suprafísica, entonces un Agnosticismo grande y amplio debe ser nuestra actitud final. Las cosas en la manifestación deben ser conocidas hasta cierto grado, pero el Supremo y todo lo que hay más allá de la Mente debe permanecer por siempre desconocido.

Es solamente si hay una consciencia mayor más allá de la Mente y esa consciencia es accesible a nosotros, que podemos conocer y entrar en la Realidad final. La especulación intelectual y el razonamiento lógico referente a si hay o no esa gran consciencia no puede llevarnos muy lejos. Lo que nosotros necesitamos es una forma o camino para obtener la experiencia de eso, entonces alcanzarla, entrar en ella y vivir en ella. Si podemos obtenerlo , la especulación intelectual y el razonamiento debe relegarse necesariamente a un segundo lugar e inclusive perder su razón para siempre. La Filosofía, la expresión intelectual de la Verdad, puede permanecer, pero principalmente como medio para expresar este gran descubrimiento y todo lo referente a él (sus contenidos), ya que todo puede ser expresado en términos mentales para aquellos que todavía viven en la inteligencia mental.

Esto, como usted verá, responde su punto acerca de los pensadores Occidentales como Bradley y otros, quienes llegaron a través del pensamiento intelectual a la idea de un "Algo más allá del Pensamiento", o han inclusive, como Bradley, tratado de expresar sus conclusiones acerca de eso, en términos que recuerdan algunas de las expresiones en el Arya. La idea en si misma no es nueva; es tan antigua como los Vedas. Fue repetida en otras formas en el Budismo, el Cristianismo Gnóstico y el Sufismo. Originalmente, ella no fue descubierta por la especulación intelectual, sino por los místicos siguiendo una disciplina espiritual interna. Cuando en alguna parte, entre el siglo quinto y séptimo A. C., los hombres comenzaron en el Este y el Oeste a intelectualizar el conocimiento, esta Verdad sobrevivió en el Este; en el Oeste, donde el intelecto comenzó a ser aceptado como el único o el superior instrumento para el descubrimiento de la Verdad, ella comenzó a desaparecer. Pero todavía ha tratado también allí constantemente de regresar; el Neo Platonismo la trajo de regreso, y ahora luce que los Neo Hegelianistas y otros (como Ouspensky el ruso y uno que otro pensador alemán, yo creo) parecen tratar de alcanzarla. Pero todavía hay una gran diferencia.

En el Este, especialmente en la India, los pensadores metafísicos han tratado, como en el Oeste, de determinar la naturaleza de la Verdad superior por el intelecto. Pero en primer lugar, en el descubrimiento de la Verdad, ellos no le han dado el rango supremo como instrumento, al pensamiento mental, sino un rango secundario. El primer rango ha sido siempre dado a la iluminación y a la intuición y experiencia espiritual; una conclusión intelectual que contradiga esta suprema autoridad es sostenida como inválida. En segundo lugar, cada filosofía se ha proveído con una forma práctica de alcanzar el supremo estado de consciencia, de manera que aunque uno inclusive comience con el Pensamiento, el objetivo es llegar a la consciencia que está más allá del pensamiento mental. Cada fundador filosófico (tanto como los que continúan su trabajo y su línea de pensamiento) han sido pensadores metafísicos y además yoguis. Aquellos que fueron solamente intelectuales filosóficos fueron respetados por su sabiduría pero nunca llegaron al rango de descubridores verdaderos. Y las filosofías que carecían de suficientes medios poderosos de experiencias espirituales desaparecieron y llegaron a ser cosas del pasado porque ellas no eran dinámicas para el descubrimiento y la realización espiritual.

En el Oeste pasó justamente lo opuesto. El pensamiento, el intelecto y la razón lógica llegaron a ser consideradas más y más, como el medio más alto e inclusive el final máximo; en filosofía, el Pensamiento es el medio y el fin. Es por el pensamiento intelectual y la especulación que la verdad debe ser descubierta; inclusive, la experiencia espiritual ha sido convocada a pasar la prueba del intelecto para poder considerarla válida – justo el reverso de la posición India. Inclusive aquellos que ven que el Pensamiento mental debe ser sobrepasado y admiten el "Otro" supramental, no parecen escapar del sentimiento de que debe ser a través del Pensamiento mental, sublimándose y trasmutándose él mismo, que esa otra Verdad debe ser alcanzada y hecha para tomar el lugar de las limitaciones mentales y la ignorancia. Y de nuevo, el Pensamiento del Oeste ha cesado de ser dinámico; el ha buscado la teoría de las cosas, no la realización; el todavía era dinámico entre los antiguos Griegos, pero más bien en su moral y en su estética que en sus objetivos espirituales. Más tarde llegó a ser todavía, más puramente intelectual y académico; llegó a ser intelectual por especulación solamente sin ninguna forma ni medios prácticos para obtener la Verdad por experimentos, descubrimientos y transformaciones espirituales. Si no hubiera habido esta diferencia, no habría habido una razón para los buscadores, como usted mismo, que han ido al Este en busca de guía y dirección; porque en el puramente campo intelectual, los pensadores del Oeste son tan competentes como los sabios del Este. En el camino espiritual, la calle que llega más allá de los niveles intelectuales, la senda desde el ser exterior hasta el Yo interior, ha sido perdida por el exceso de intelectualidad de la mente Europea.

En los extractos de Bradley y Joachim que usted me ha enviado, está todavía el pensamiento intelectual acerca de lo que está más allá del mismo, llegando a conclusiones especulativas razonadas intelectuales más o menos. No es la dinámica para un cambio lo que eso trata de describir. Si estos escritores hubieran expresados en términos mentales alguna realización, inclusive mental; alguna experiencia intuitiva de ese "Otro más allá del Pensamiento", entonces uno de ellos que este listo para eso, podría sentirlo a través del velo del lenguaje que ellos usan, acercándose él mismo a la propia experiencia. O, si habiendo alcanzado la conclusión intelectual, ellos hubieran pasado a la realización espiritual, encontrando el camino o siguiendo uno ya encontrado, entonces en la persecución de sus pensamientos, uno podría auto prepararse para la misma transición. Pero no hay nada de esa clase en todo ese pensamiento acérrimo. Él permanece en el dominio del intelecto y en ese imperio no hay duda que es admirable; pero no llega a ser dinámico para la experiencia espiritual.

No es por el "pensar" la realidad total, sino por el cambio de consciencia, que uno puede pasar de la ignorancia al Conocimiento –el Conocimiento por el cual llegamos a ser lo que sabemos. El pasar de la consciencia externa a la consciencia interna, profunda y directa; el ampliar la consciencia fuera de los límites del ego y el cuerpo; el alzarla por una voluntad y aspiración interior y una apertura a la Luz hasta que ella pase en su ascenso más allá de la Mente; el hacer descender el Divino supramental a través de entregarse y rendirse con una consecuente transformación de la mente, la vida y el cuerpo – este es el camino integral hacia la Verdad.1 Es esto lo que llamamos aquí la Verdad y lo que se propone nuestro yoga.

*

**

Yoga no es un asunto de ideas sino de experiencia espiritual interna. El mero hecho de estar atraído por cualquier grupo de religiones o ideas espirituales no trae la realización. Yoga quiere decir un cambio de consciencia; una simple actividad mental no traerá un cambio de consciencia, solamente puede traer un cambio en la mente. Y si su mente es suficientemente inestable, ella cambiará de una cosa a la otra hasta el final, sin llegar a ningún camino seguro o ningún refugio espiritual. La mente puede pensar, dudar, preguntar, aceptar y rechazar, hacer formaciones y deshacerlas, decidir y revocar las decisiones, juzgar siempre en la superficie y por las indicaciones superficiales, y por lo tanto nunca llegar a ninguna experiencia profunda y firme de la Verdad, sin embargo por ella misma no puede hacer más. Hay solamente tres formas o caminos por los cuales ella puede hacerse ella misma un canal o instrumento de la Verdad. Ella debe silenciarse en el Yo y dar espacio a una consciencia más grande y amplia; o debe hacerse ella misma pasiva a la Luz interna y dejar que esa Luz la use como medio de expresión; o de otra manera ella misma debe cambiar de la mente superficial, intelectual e inquisitiva que es ahora, a una inteligencia intuitiva, una mente visionaria hecha para la percepción directa de la Verdad divina.

Si usted quiere hacer algo en la senda del yoga, usted debe decidir de una vez por todas el camino a seguir. No hay ningún beneficio en prepararse para el futuro y después continuar mirando constantemente hacia el pasado; en esa forma no llegará a ninguna parte. Si usted está atado a su pasado, regrese a él y siga su camino; pero si de otra manera, usted escoge esta senda, debe dedicarse a ella totalmente y no mirar hacia atrás a cada momento.

*

**

Acerca de las dudas y las respuestas argumentativas con ellos yo he renunciado hace mucho tiempo a esa práctica desde que la encontré inservible e inepta. El yoga no es un campo para la argumentación o disertación intelectual. No es por el ejercicio de la lógica o de la mente argumentativa que uno puede llegar al verdadero entendimiento del yoga y seguirlo. Un espíritu de duda, "una duda honesta" y el reclamo de que el intelecto estará satisfecho y hecho para juzgar en cada momento está muy bien en el campo exterior de la acción mental. Pero el yoga no es un campo mental, la consciencia que tiene que ser establecida no es una consciencia mental, lógica o argumentativa – inclusive hay una regla del yoga que dice que a menos o hasta que la mente se acalle, incluyendo la mente intelectual o lógica, y se abra ella misma en quietud o silencio a la consciencia, visión y conocimiento elevado y profundo, el sadhana no puede alcanzar su meta. Por la misma razón, una indiscutible apertura al Gurú se exige en la tradición espiritual India; y el culpar, criticar y atacar al Gurú, fue considerado motivo de reprimenda y un obstáculo posiblemente seguro en el sadhana.

Si el espíritu de duda puede ser vencido con argumentos, puede haber algo en esa demanda que tenga que ver con la satisfacción del uso de la lógica. Pero el espíritu de la duda, duda por su propia causa, por el fin de la duda misma; ella simplemente usa la mente como instrumento para su dharma particular y esto no minimiza cuando esa mente piensa que está buscando sinceramente por una solución a sus dudas honestas e incontrolables. Las posiciones mentales siempre difieren, por otra parte, es bien sabido que las personas pueden argumentar sin fin, sin convencerse unos a los otros. Ir perpetuamente respondiendo dudas persistentes y crónicas como las que por mucho tiempo han colmado este Ashram y obstruido el sadhana, es simplemente frustrar el objetivo del yoga e ir en contra de su principio central sin ninguna ganancia espiritual o de otra clase. Si cualquiera sobrepasa sus dudas fundamentales, es por el crecimiento de la psiquis en él, o por un engrandecimiento de su consciencia, y no de otra manera. Preguntas que lleguen del espíritu inquisitivo, que no sean agresivas o auto afirmativas, sino que sean parte del hambre de Conocimiento, pueden ser respondidas; pero el "espíritu de duda" es insaciable y belígero.

*

**

Fuera de las miles preguntas y respuestas hay solamente una o dos aquí y allí que realmente son de una ayuda dinámica – mientras que una sola respuesta interna o un pequeño crecimiento de consciencia hará lo que miles de preguntas y respuesta no pueden hacer. El yoga no prosigue por upadesa [instrucción, enseñanza] sino por influencia interna. El declarar su condición, sus experiencias, etc. y abrirse para la ayuda, es mucho más importante que las preguntas y respuestas.

*

**

Todo el mundo sabe, los pensadores espirituales y también los materialistas, que el mundo para los seres creados o naturalmente evolucionando en la ignorancia o en la Naturaleza inconsciente, no es un sendero de rosas, o una senda de jubilosa Luz. Es un trayecto difícil, una batalla y una lucha, y frecuentemente un crecimiento doloroso y variante, una vida rodeada de oscuridad, falsedad y sufrimiento. Ella tiene sus placeres mentales, vitales y físicos, pero estos solamente traen un sabor transitorio – del que todavía el yo vital no está dispuesto a abstenerse – y finalizan en repugnancia, fatiga y desilusión. Entonces ¿qué? Decir que el Divino no existe es fácil, pero eso no nos lleva a ninguna parte – te deja donde estás sin ningún prospecto o beneficio – ni Russel ni ningún materialista puede decirte a donde te diriges o inclusive a donde debes ir. El Divino no se manifiesta el mismo para ser reconocido en las circunstancias del mundo exterior – admisible de esa manera. Estos no son los trabajos de un dictador irresponsable en alguna parte – estas son las circunstancias del resultado del trabajo de unas Fuerzas de acuerdo con cierta naturaleza del ser; uno podría decir una cierta proposición o problema del ser en el cual nosotros hemos consentido en participar y cooperar. ¿Es el trabajo doloroso, incierto y sus vicisitudes imposibles de predecir o calcular? Hay dos posibilidades entonces, salirse de él en el Nirvana en la forma de los Budistas o Ilusionistas, o internarse en uno mismo y encontrar allí el Divino, dado que él no se puede encontrar en la superficie. Aquellos que han hecho el esfuerzo, y no han habido unos pocos sino cientos y miles, han testificado a través de las edades, que él está allí y que es por eso que existe el yoga. ¿Qué eso toma mucho tiempo? ¿Está el Divino escondido detrás de su velo grueso de Maya y no responde a nuestra llamada en seguida o en ninguna de las etapas primeras? ¿O solamente da un incierto vislumbre de él y luego se esconde otra vez esperando que nosotros estemos listos? Pero, si el Divino tiene algún valor, ¿no vale la pena tener algún problema o pasar algún trabajo y tiempo para seguirlo; y debemos insistir en tenerlo sin ninguna práctica, sacrificio, sufrimiento o problema? Es seguramente irracional hacer alguna demanda de tal naturaleza. Es seguro que tenemos que ir hacia adentro, al interior, detrás del velo, para encontrarlo; y es solamente entonces que podemos verlo afuera, en el exterior y el intelecto no estará muy convencido sino forzado a admitir su presencia por la experiencia – justo como cuando un hombre ve lo que ha negado y ya no puede negarlo más. Pero por eso, el medio y también la persistencia en la voluntad y la paciencia en la labor, deben ser aceptados.

*

**

Sus sueños ciertamente no fueron habladurías tontas: eso fue una experiencia interna y se le puede dar su valor completo. Y acerca de las otras preguntas, ellas están llenas de complicaciones y yo no me siento capaz de cortar el Nudo Gordiano [Alejandro Magno tras cumplir la profecía partiendo el Nudo Gordiano en dos con su espada, derrotó a Darío III en la famosa batalla de Issos (333 a. C.) en Frigia] con una frase u oración. Es muy cierto que usted está correcto en seguir directamente la Verdad por usted mismo y no necesita aceptar la proposición o solución de X o de cualquier otra persona. El hombre necesita ambos, la fe y la razón mientras él no haya alcanzado una seguridad interna y un mayor conocimiento. Sin fe el ciertamente no puede caminar por ningún camino; sin la razón el si puede muy bien caminar en la oscuridad, pero con la ayuda del bastón de la fe. El mismo X encontró su fe, si no con la Razón, si con las razones; y el racionalista, el maquinador, y el razonador deben tener alguna fe, inclusive si la fe es solamente en la Razón misma como algo eficaz y autorizado; justo como el creyente tiene fe en su fe como eficaz y autorizada. Pero todavía ambos son capaces de error, como debe de ser dado que ambos son instrumentos de la mente humana y su naturaleza es errar, y ellos comparten esas limitaciones. Cada uno de ellos debe caminar con la luz que tiene, aunque habrá lugares oscuros en los que ambos han de tropezar.

Todo eso, de cualquier modo, es algo distinto a la pregunta acerca de la presente civilización humana. No es eso lo que tiene que ser salvado; es el mundo el que tiene que ser salvado y eso seguramente será hecho, aunque no será tan fácil, tan rápido o en la forma como algunos desean o imaginan. El presente debe seguramente cambiar, pero el asunto es, si el cambio será por destrucción o por una nueva construcción sobre la base de una mayor Verdad. La Madre ha dejado la pregunta suspendida (sin responder) y yo solo puedo hacer lo mismo. Después de todo, el hombre sabio, a menos que sea un profeta o el Director del Bureau Astrológico de Madras debe frecuentemente de estar contento de tomar la posición de Asquithian. Ni el optimismo ni el pesimismo es la verdad: ellos son solo modalidades de la mente o modalidades del temperamento.

Dejemos entonces, sin un excesivo optimismo o un excesivo pesimismo, "esperar y observar".

*

**

La fe en las cosas espirituales que se le pide al sadhak no es una fe ignorante sino luminosa, una fe en la luz y no en la oscuridad. Es llamada ciega por el intelecto escéptico porque rehusa ser guiada por las apariencias exteriores o verdades aparentes, – porque ella busca por la verdad detrás de todo, – y porque no camina con las muletas de la prueba y la evidencia. Es una intuición, una intuición no solamente esperando por la experiencia para justificarla, sino una intuición que nos lleva a la experiencia. Si yo creo en la auto curación, después de un tiempo encontraré la forma de sanarme a mi mismo. Si yo tengo fe en la transformación, puedo terminar tomando el asunto en mis manos y desenredando el proceso de la transformación. Pero si comienzo con dudas, y continúo con más y más dudas, ¿qué tan lejos puedo llegar en mi búsqueda?

*

**

Y tocante a la pregunta de la fe y la duda, usted fervorosamente da a la palabra fe un sentido y un alcance que yo no le atribuyo. Yo tendría que escribir no una, sino varias cartas para clarificar la posición. Me parece que lo que usted quiere decir por fe es una creencia mental que en verdad es puesta ante que la mente y los sentidos en la forma dudosa de una aseveración insostenible. Yo quiero decir con eso, una convicción intuitiva dinámica, en el ser interno, de la verdad de las cosas super sensibles que no pueden ser probadas por la evidencia física pero que son el motivo de la experiencia. Mi punto es que esa fe es el deseo preliminar (si no es absolutamente indispensable – porque puede haber casos de experiencias no precedidas por la fe) a la experiencia deseada. Si yo insisto tanto en la fe – pero mucho menos en una fe positiva que no hacerle caso a una duda o una negación a primera vista – es porque encuentro que estas dudas y negaciones han llegado a ser un instrumento en las manos de las fuerzas obstructoras…

El por qué de yo llamarle a la negación materialista una negación a primera vista (a priori) es porque ella rehusa incluso considerar o examinar lo que ella niega pero comienza por negarlo como Leonard Woolf con su "charlatanería" dado que con eso contradice sus propias teorías, de manera que eso no puede ser verdad. Por otra parte, la creencia en el Divino, la Gracia, el yoga , el Gurú, etc. no es a primera vista, porque descansa en una gran masa de la experiencia humana que ha estado acumulándola a través de los siglos y los milenios tanto como la percepción intuitiva personal. Por lo tanto es una percepción intuitiva que ha sido confirmada por la experiencia de cientos y miles de esos que la han probado antes que yo.

*

**

Yo he comenzado a escribir acerca de la duda, pero al hacerlo he sido asaltado por ella al decidir si cualquier cantidad de escritura o cualquier otra cosa puede persuadir la eterna duda en el hombre la cual es el castigo /sanción de su ignorancia. En primer lugar, escribir adecuadamente significaría de sesenta a seiscientas páginas, pero ni seis mil páginas convincentes convencerían o persuadirían la duda. Porque la duda existe por su propio bien; su función es dudar siempre e inclusive cuando está convencida, todavía sigue dudando; es solamente cuando al persuadir su anfitrión dándole hospedaje y alojamiento que ella (la duda) pretende ser una honesta buscadora de la verdad. Esta es una lección que he aprendido por experiencia, la mía y la de otros; la única forma de terminar con esto es convertirse uno, en el detector de la verdad y la falsedad discriminándola, y cogiéndola desprevenida o con la guardia baja, abrir la puerta libremente con valor a la experiencia.

Como siempre, he comenzado a escribir, pero no empezaré con dudas sino con la demanda al Divino de obtener una certeza concreta, tan concreta como cualquier fenómeno físico captado por los sentidos. Ahora, ciertamente, el Divino debe ser tal certeza, no solamente concreta sino más concreta que cualquier cosa sentida por los sentidos del oído o la vista o el tacto en el mundo de la Materia; pero es una certeza no del pensamiento mental sino de la experiencia esencial. Cuando la Paz de Dios desciende sobre ti, cuando la presencia Divina está dentro de ti, cuando Ananda se abalanza hacia ti como el Océano, cuando tu está empujado como las hojas por el viento, por el aliento de la Fuerza Divino, cuando el Amor florece desde ti hacia toda la creación, cuando el Conocimiento Divino te inunda con una Luz que ilumina y transforma en un momento todo lo que antes era oscuro, triste, tenebroso, cuando todo lo que existe llega a ser parte de Una Realidad, cuando la Realidad te circunda, tu siente inmediatamente el contacto espiritual, por la visión interna, por el pensamiento iluminado y visionario, por la sensación vital e inclusive por el mismo sentido físico, donde quiera que ves, oyes y tocas solamente está el Divino. Entonces ya no puedes dudar o negarlo más de lo que tu puedes negar o dudar la luz del día o el aire o el sol en el cielo – porque de esas cosas físicas usted no puede estar seguro, porque ellas son lo que tus sentidos quieren que ellas representen; pero en las experiencias concretas del Divino, la duda es imposible.

En cuanto a la permanencia, usted no puede esperar permanencia desde el principio de la primera experiencia espiritual – solamente unos cuantos tienen eso e incluso para ellos la gran intensidad no está siempre allí; para muchos la experiencia llega y entonces se retira detrás del velo esperando que la parte humana esté preparada y lista para llevar y sostener firme su intensidad y además su permanencia. Pero dudarlo por esas circunstancias sería irracional en extremo. Uno no duda de la existencia del aire porque un viento fuerte no esté siempre soplando o de la luz del sol porque la noche sobreviene entre el crepúsculo y el amanecer. La dificultad descansa en la consciencia humana normal a la cual la experiencia espiritual llega como algo anormal y en verdad es supernormal. Esta normalidad limitada y débil encuentra su dificultad primeramente, para obtener cualquier toque de una experiencia supernormal mayor y más intensa que ella; o ella diluye esa experiencia en su propia sustancia insulsa e insensible de experiencia vital o mental, y cuando viene lo espiritual con su propio poder avasallador, no puede frecuentemente soportarlo, o si lo hace, no puede sostenerlo y mantenerlo. Sin embargo una vez que la brecha decisiva ha sido hecha en la pared construida por la mente en contra del Infinito, ella se agranda, algunas veces despacio, otras rápidamente, hasta que ya no existe la pared, y ahí está la permanencia.

 

Cartas sobre Yoga por Sri Aurobindo
Tomo I, Sección IV - La Razón, La Ciencia y El Yoga
Traducido por Hortensia De la Torre

 

Toque aquí para continuar