Hortensia De la Torre


CARTAS SOBRE YOGA

por

Sri Aurobindo


Tomo I, Sección I

LA EVOLUCIÓN SUPRAMENTAL

CONTINUACIÓN

 

No se debe negar, y no habrá experiencia espiritual que lo niegue, que éste, es un mundo defectuoso e inaceptable, fuertemente marcado con el sello de lo inadecuado, el sufrimiento y la maldad. Esta percepción verdaderamente es en cierto sentido un punto de partida de la urgencia espiritual – excepto para unos cuantos a quienes las grandes experiencias les llegan espontáneamente sin ser forzados a ellas por el fuerte o agobiante, angustiante y separativo sentido, de la Sombra que amenaza el recorrido completo de esta existencia manifestada. Pero todavía la pregunta continua de que, si este, como se afirma, es verdaderamente, el carácter esencial de toda la manifestación, o por lo menos si mientras hay un mundo físico debe ser de esta naturaleza, de manera que el deseo de nacer, la voluntad de manifestar o crear tiene que ser considerada como el pecado original y el retirarse de ese nacimiento o manifestación, como la única forma posible de salvación. Para aquellos que lo perciben de esa manera o con alguna mirada de consideración – y estos han sido la mayoría – es un tema de discusión bien conocido como un camino directo a la liberación espiritual. Pero igualmente puede que no sea así, sino que solamente parezca así a nuestra ignorancia y conocimiento parcial –la imperfección, la maldad y el sufrimiento pueden ser circunstancias acosantes o un camino doloroso, pero no la misma condición o manifestación, no la misma esencia del nacimiento en la Naturaleza. Y si es así, el mayor discernimiento descansará no en escapar, sino en la urgencia hacia la victoria aquí, en una asociación de común acuerdo y consentimiento con la Voluntad detrás del mundo, en un descubrimiento de la entrada espiritual a la perfección que será al mismo tiempo una abertura para el descenso completo de la Luz Divina, el Conocimiento, el Poder, y la Bienaventuranza.

Toda experiencia espiritual afirma que hay un Permanente más allá de la trascendencia de este mundo manifestado en que vivimos y de esta consciencia limitada, donde en sus estrechos márgenes andamos a tientas luchando; y que sus características son la infinitud, la existencia propia, la libertad, la Luz absoluta y la Bienaventuranza absoluta. Entonces, ¿hay un golfo sin puente entre eso que está más allá y eso que está aquí? o, son ellos dos opuestos perpetuos y solamente dejando esta aventura en el Tiempo y traspasando el golfo, puede el hombre alcanzar lo eterno? Eso es lo que parece estar al final de una experiencia que ha sido seguida hasta su conclusión rigurosa por el Budismo y un poco menos rigurosa por un cierto tipo de espiritualidad Monística que admite alguna conexión del mundo con lo Divino, pero que todavía se opone a ella en el último instante de cada una como verdad e ilusión. Pero está también esta otra e indudable experiencia de que lo Divino está aquí en todas partes, tanto como en lo alto y detrás de todas la cosas, que todo está en Aquello y es Aquello, cuando regresamos de esta apariencia a su Realidad. Es una verdad significante y clara que el Conocedor de Brahman, inclusive moviéndose y actuando en este mundo, y soportando todos sus golpes y sacudidas, puede vivir con alguna paz absoluta, luz y bienaventuranza de lo Divino. Entonces, hay aquí algo más que una mera trinchera de oposición – hay un misterio, un problema que uno pensaría debe admitir alguna solución menos desesperada. La posibilidad espiritual apunta más allá de ella misma y trae un rayo de esperanza a la oscuridad de nuestra empequeñecida existencia.

E inmediatamente la primera pregunta surge – ¿es este mundo una sucesión incambiable del mismo fenómeno siempre, o hay en él una urgencia evolutiva, una verdad evolutiva, una escalera de ascensión a alguna parte desde un aparente Inconsciente original a una consciencia más y más desarrollada, y que desde cada desarrollo todavía sigue ascendiendo, emergiendo sobre sus alturas superiores que todavía no se encuentran a nuestro alcance normal? Si es así, ¿cuál es el sentido, el principio fundamental, la consecuencia lógica de esa progresión? Todo parece apuntar a tal progresión como una verdad – a una evolución espiritual y no meramente a una evolución física. Aquí también hay un proceder de justificación de la experiencia espiritual en la que descubrimos que el Inconsciente de donde todo comienza, es solamente aparente, porque en él hay una Consciencia involucrada con posibilidades sin fin, una consciencia no limitada sino cósmica e infinita, un Divino escondido y prisionero del mismo, prisionero en la Materia pero con todas las potencialidades implícitas en sus profundidades secretas. Fuera de su aparente Inconsciencia cada potencialidad es revelada a su tiempo, primero la Materia organizada escondiendo el espíritu que habita en ella, entonces la Vida emergiendo en la planta y asociada en el animal con una Mente en crecimiento, entonces la Mente misma evolucionada y organizada en el Hombre. Esta evolución, esta progresión espiritual – ¿se termina aquí en el ser mental imperfecto llamado Hombre? O, ¿ es el secreto de eso simplemente una sucesión de renacimientos de los cuales su único propósito de fluir es el trabajar hacia el punto en el cual él, pueda aprender su propia futilidad, renunciar el mismo y saltar dentro de alguna Existencia original sin - nacimiento o una No - Existencia? Hay por lo menos la posibilidad y hasta cierto punto la certidumbre, que hay una consciencia más vasta y grande de eso que llamamos Mente, y que ascendiendo la escalera, más adelante podemos encontrar un punto en el cual el sostén/ aguante de la Inconsciencia material y la Ignorancia vital y mental cesa; un principio de consciencia llega a ser capaz de una manifestación que libera no imperfecta ni parcial, sino radical y completamente lo Divino aprisionado. En esta visión cada etapa de la evolución aparece como obligada al descenso de un gran y supremo Poder de consciencia, levantando el nivel terrestre y creando un nuevo estrato, quedando todavía por descender lo más excelso el cual al hacerlo solucionará el enigma de la existencia terrestre, y no solamente el alma sino también la Naturaleza misma encontrará su liberación. Esta es la Verdad que ha sido vista en destellos, y cada vez más y más en la totalidad de sus términos por la estirpe de profetas los cuales el Tantra les llamaría los héroes - buscadores y los buscadores de lo divino, los que pueden que ahora estén cerca del momento de estar listos para la completa revelación y experiencia. Entonces, cualquiera que sea el gran peso en la contienda, el sufrimiento y la oscuridad en el mundo, no obstante si hay esto como su gran resultado esperando por nosotros, todo lo que ha pasado antes puede que no se cuente demasiado para aumentar el precio de acuerdo con lo fuerte y arriesgado, por la gloria que ha de venir. A cualquier precio la sombra se levanta; hay una Luz Divina que se inclina sobre el mundo y no es solamente un Lustre o Brillo distante e incomunicado. Es verdad que el problema todavía permanece y el por qué de que todo esto deberá ser necesario – este comienzo tosco e imperfecto, este largo y tormentoso sendero -- por qué el precio de una carga pesada y tediosa deberá ser exigida, y por qué lo malo y el sufrimiento han estado siempre ahí? Porque para el cómo de la caída en la Ignorancia como opuesto al por qué, la causa efectiva, hay un acuerdo sustancial en toda experiencia espiritual. Es la división, la separación el principio de la incomunicación del Permanente y el Uno que trajo esto; es porque el ego se establece él mismo en el mundo, enfatizando sus propios deseos y su propia afirmación en preferencia a la unión Divina y su unidad con todo; es porque en vez de una Fuerza suprema, una Sabiduría y una Luz determinando la armonía de todas las fuerzas, cada Idea, Fuerza, y Forma de las cosas fue permitida a trabajar ella misma tanto como pudiera en la masa de las posibilidades infinitas por su voluntad separada y inevitablemente al final en conflicto con otros. La División, el ego, la consciencia imperfecta instigando y luchando por una separada y propia afirmación son la causa eficiente del sufrimiento y la ignorancia de este mundo. Tan pronto como las consciencias se separaron de la única consciencia, ellos inevitablemente cayeron en la Ignorancia y el último resultado de la Ignorancia fue la Inconsciencia; de la inmensa oscuridad del Inconsciente este mundo material se levanta, saliendo de él un alma que por la evolución está luchando para llegar a la consciencia, atraída hacia la Luz escondida y ascendiendo pero todavía ciega hacia la perdida Divinidad de la cual se originó.

Pero, ¿por qué esto ha tenido que pasar del todo? Una forma simple de ponerlo es que la pregunta tiene que ser eliminada desde el principio – la manera humana, su ética repulsiva y su reprobación y protesta emocional. Porque esta no es, como algunas religiones suponen, una Deidad supra - cósmica, arbitraria y personal que no está involucrada del todo en la caída, que ha impuesto la maldad y el sufrimiento en las criaturas hechas caprichosamente por su decreto. Lo Divino que nosotros conocemos es un Ser Infinito en el cual se encuentra su manifestación infinita de las cosas – es el Divino mismo que está aquí, detrás de nosotros, penetrando su manifestación, ayudando al mundo con su unidad; es el Divino que está en nosotros llevando él mismo la carga de la caída y su oscura consecuencia. Si El reside en lo alto por siempre en su perfecta Luz, Bienaventuranza y Paz, El también está aquí; su Luz, Bienaventuranza y Paz están secretamente aquí sosteniéndolo todo; en nosotros mismos hay un espíritu, una presencia central más grande que una serie de personalidades superficiales las cuales, como el Divino supremo mismo, no sobrellevan el destino que ellos resisten. Si encontramos el Divino en nosotros, si nos conocemos a nosotros mismos como ese espíritu que es la esencia y ser del Divino, esa es la entrada a la liberación y en ella podemos permanecer luminosos, jubilosos y libres, inclusive en el medio de las desarmonías del mundo. Este, es el antiguo testimonio de la experiencia espiritual.

Pero todavía, ¿cuál es el propósito y el origen de la desarmonía? ¿por qué se creó esta división, este ego y este mundo de dolorosa evolución? ¿por qué el mal y la tristeza entra en el Bien divino, la Bienaventuranza y la Paz? Es difícil responder a la inteligencia humana en su propio nivel, porque la consciencia de la cual el origen de este fenómeno pertenece, y la cual se afirma y sostiene como si fuera automáticamente justificado en un conocimiento supra - intelectual, es una inteligencia cósmica y no una inteligencia humana individualizada; ella ve más allá y tiene otra visión y comprensión, otros términos de consciencia diferentes a la razón y los sentimientos humanos. Para la mente humana uno puede responder que mientras en ella misma (la inteligencia cósmica) el Infinito puede ser libre de esas perturbaciones, sin embargo, una vez que la manifestación hubo comenzado con sus infinitas posibilidades, lo cual es la función de la manifestación universal, las puso en práctica, y la negación, la aparente efectiva negación – con todas sus consecuencias – del Poder, la Luz, la Paz, la Bienaventuranza, fue una muy evidente. Si se pregunta por qué inclusive sus posibilidades deberían haber sido aceptadas, la más cercana respuesta a la Verdad Cósmica la cual la inteligencia humana puede responder, es esa en las relaciones o en la transición de lo Divino en la Unidad a lo Divino en la Multiplicidad, y que esa posibilidad amenazante llego a ser en cierto punto inevitable. Porque una vez que ella aparece ella adquiere para el Alma descendiendo en la manifestación evolutiva una irresistible atracción la cual crea lo inevitable– una atracción que en términos humanos sobre el nivel terráqueo puede ser interpretada como una llamada de lo desconocido, el placer del peligro, la dificultad y la aventura, la voluntad para llegar a lo imposible, para trabajar lo incalculable, la voluntad para crear lo nuevo y destruir por uno mismo la vida material, la fascinación de las contradicciones y su dificultad en armonizarlas – estas cosas traducidas en otra consciencia suprafísica, y superhumana, superior y más amplia que la mental, fueron las tentaciones que guiaron a la caída. Porque el ser original de luz al borde del descenso desconocía la profundidad de los abismos, las posibilidades de lo Divino en la Ignorancia y el Inconsciente. Y en el lado de la Unidad Divina un vasto consentimiento (aquiescencia), compasivo, consintiendo, ayudando, un conocimiento supremo de que estas cosas pueden ser, que habiendo aparecido deben de trabajarse, que su aparición es en cierto sentido parte de una sabiduría incalculable e infinita, que si la entrada en la Noche fuera inevitable, el emerger de un nuevo Día sin precedente también sería una certeza, y que solamente de esa forma podría con certeza, una manifestación de la Verdad Suprema ser efectiva – por un trabajo con sus fenómenos opuestos como punto de partida de la evolución, como la condición puesta para la transformación del surgimiento o emergencia. En este consentimiento (aquiescencia) estaba implicada /ceñida también la decisión de un gran Sacrificio, el descenso de la Divinidad misma en la Inconsciencia para llevar la carga de la Ignorancia y sus consecuencias, para intervenir como el Avatar y el Vibhuti caminando entre el doble signo de la Cruz y la Victoria hacia la plenitud y la liberación. ¿Un muy imaginado auxilio o asistencia de la Verdad inexpresable? Pero sin imágenes ¿cómo presentar al intelecto un misterio mucho más allá de él? Es solamente cuando uno ha cruzado la barrera de la inteligencia limitada y compartido la experiencia y el conocimiento cósmico, el que mira las cosas desde la identidad, que las realidades supremas que descansan detrás de todas esas imágenes, – imágenes correspondientes a las verdades terrestres – asumen sus formas divinas y son sentidas como simples, naturales e implicadas en la esencia de las cosas. Es al entrar en la gran consciencia que uno puede comprender lo inevitable de su propia creación y su propósito.

Esta es definitiva y solamente la Verdad de la manifestación como se presenta ella misma a la consciencia cuando ella se presenta en el borde de la línea entre la Eternidad y el descenso en el Tiempo donde la relación entre el Uno y los Mucho o la Multiplicidad en la evolución es propiamente - determinada o determinada por El Mismo, una zona donde todo lo que es para ser es implicado pero no todavía en acción. Sino que la consciencia liberada puede alzarse por encima del problema donde deja de existir y desde allí verlo en la luz de una suprema identidad donde todo es predeterminado en la automática y propiamente existente verdad de las cosas y justificarse ella misma a una consciencia absoluta y a una sabiduría y Delicia absoluta la cual está detrás de toda la creación y la afirmación y negación son ambas vistas con los ojos de la inefable Realidad que las libera y reconcilia. Pero ese conocimiento no es expresado a la mente humana; ese lenguaje de luz es indescifrable, la luz misma muy brillante para una consciencia acostumbrada a la tensión y la oscuridad del rompecabezas cósmico y enredado en él seguir la clave o comprender su secreto. En todo caso es solamente cuando nos levantamos en el espíritu más allá de la zona de la oscuridad y la lucha, que entramos el significado completo de ese conocimiento y el alma se libera de su enigma. El levantarse a esa altura de liberación es la verdadera salida y la única intención del conocimiento indudable.

Pero la liberación y la trascendencia no necesariamente necesitan imponer una desaparición, una absoluta disolución de la manifestación; se puede preparar una liberación en una acción del conocimiento superior y una intensidad de Poder que puede transformar el mundo y cumplir la urgencia evolutiva. Eso es un ascenso del cual ya no hay una caída sino un vuelo o descenso sostenido en si mismo de luz, fuerza y Ananda.

Es lo que es inherente en la fuerza del ser que se manifiesta como llegar a ser; pero que la manifestación será en sus términos, su balance de energías y su arreglo de principios dependiendo en la consciencia que actúa en la fuerza creativa, sobre el poder de Consciencia que el Ser libera de sí mismo para la manifestación. Está en la naturaleza del Ser, ser capaz de graduar y variar sus poderes de consciencia y determinar de acuerdo con el grado y variación su mundo o su nivel y alcance de revelación propia. La creación manifestada es limitada por el poder al que pertenece y ve y vive de acuerdo a él, y puede solamente ver más y vivir más poderosamente, cambiando su mundo, abriendo o moviéndose hacia él, o haciendo descender un gran poder de consciencia que está por encima de ella. Esto es lo que pasa en la evolución de la consciencia en nuestro mundo, un mundo de materia inanimada produciendo con una tensión de necesidad y poder de vida, un poder de mente que trae una nueva forma de creación y todavía trabaja para producir o hacer descender en ella algún poder supramental. Más adelante es una operación de fuerza creativa que se mueve entre dos polos de consciencia. En un lado hay una consciencia secreta dentro y arriba que contiene en ella todas las potencialidades – allí se manifiesta eternamente, aquí, esperando a ser liberada – de luz, paz, poder y bienaventuranza. En el otro lado, hay otra exterior y baja, que comienza desde el aparente opuesto de la inconsciencia, la inercia, la tensión ciega, la posibilidad de sufrimiento, creciendo al recibir en ella misma los poderes altos y más altos que hacen que siempre vuelva a crear su manifestación en términos mayores, y cada nueva creación de esta clase trae algo de sus potencialidades internas, haciendo posible cada vez más bajar la Perfección que espera arriba. Mientras que la personalidad exterior que llamamos nosotros mismos esté centralizada en los poderes bajos de consciencia, el acertijo de su propia existencia, su propósito y su necesidad es para él un enigma insoluble; si algo de la verdades del todo transmitida a este hombre exterior mental, el la comprenderá imperfectamente y quizás la tergiversará, la abusará y la vivirá erróneamente. Su verdadero bastón para caminar está hecho más bien del fuego de la fe que de cualquier luz de conocimiento indudable e incierta. Es solamente por el levantamiento hacia la consciencia superior más allá de la línea mental y por lo tanto superconsciente ahora para él, que el puede emerger de su incapacidad y su ignorancia. Su completa liberación e iluminación llegará cuando el cruce la línea dentro de la luz de una nueva existencia superconsciente. Esta es la trascendencia que fue el objeto de aspiración de los místicos y los buscadores espirituales.

Pero en si mismo esto no cambiaría nada aquí en la creación, la evasión de un alma liberada del mundo no hace ninguna diferencia. Pero este cruzar de la línea, sino es solamente con el propósito del ascenso sino también con el del descenso significaría la transformación de la línea de lo que es ahora, una tapa, una barrera, que separa el sendero de los grandes poderes de consciencia del Ser ahora muy por encima de él. Significaría una nueva creación en la tierra, un descenso de los grandes poderes que invertirían las condiciones aquí, produciendo una creación levantada en un torrente de luz espiritual y supramental en lugar de una emergencia dentro de una mente iluminada a medias saliendo de la oscuridad de la inconsciencia material. Es solamente en ese vigor del espíritu realizado que el ser encarnado puede saber, la interpretación de todo en lo que está involucrado, el significado y la necesidad temporal de su descenso en la oscuridad y sus condiciones, y al mismo tiempo disolverlas por una transmutación luminosa en una manifestación aquí del Divino, que se da a conocer, dejando de estar encubierto o velado en una apariencia deforme.

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Yo supongo que usted no ha leído mi "Adivinanza del Mundo" [Este fue el título dado a una carta que se publicó junto con otras en noviembre de 1933, en un libro que llevó el mismos título], pero es una solución similar la que yo puse allí. Una forma deponer eso es una burla más para los "Vedanticos - Teistas" – en mi punto de vista es una transacción entre el Uno y la Múltiple. En el principio fue usted (no el humano que es usted ahora protestando, sino el ser central) que aceptó e inclusive invitó a la aventura de la Ignorancia; el dolor y la lucha son las consecuencias necesarias de la zambullida en la Inconsciencia y del emerger evolutivo fuera de ella. La explicación es que eso tiene un objetivo, el juego final de la Divina Consciencia y Ananda no en su trascendencia original sino bajo las condiciones por las cuales la zambullida en la Inconsciencia fue necesaria. Es fundamentalmente un problema cósmico y puede ser comprendido solamente desde la consciencia cósmica. Si usted quiere una solución que sea satisfactoria a la mente humana y a los sentimientos, me parece que no hay ninguna. No hay ninguna duda de que si los seres humanos hubieran hecho el universo, ellos lo hubieran hecho mucho mejor; pero ellos no estaban allí para ser consultados cuando fue hecho. Solamente su ser central estaba pero según Vivekananda o X con su temeridad e imprudencia, no con la prudencia descontenta de su murmuradora y miedosa mentalidad humana del momento presente – de otra manera nunca hubiera bajado en la aventura. O quizás el ¿no realizó en lo que se estaba metiendo? Eso es lo mismo con los que se revuelcan debajo de la cruz. Inclusive, ahora se revuelcan porque algo en ellos, como el llevar la cruz, les hace que escojan el sufrimiento. De manera, ¿qué? –

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El tipo europeo de monismo es usualmente panteísmo y forja el universo y lo Divino tan íntimamente juntos que difícilmente pueden ser separados. Pero, ¿qué explicación de la maldad y qué misterio puede haber allí? El punto de vista Indio es que lo Divino es la sustancia recóndita o interna del universo, pero ella también esta en su exterior, trascendiéndola; la bondad y la maldad, la felicidad y la miseria son solamente fenómenos de la experiencia cósmica dado a una división y una disminución de consciencia en la manifestación pero no son partes de la esencia o de la consciencia indivisible ni de lo Divino o de nuestro propio ser espiritual.

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La involución es de lo Divino en la Inconsciencia y es hecha por la interposición de planos intermedios (la mente superior etc.,la mente, lo vital – entonces la zambullida en la Inconsciencia que es el origen de la materia). Pero todo esto no es un proceso respondiendo a la evolución en un sentido inverso – porque no hay necesidad de eso, sino una graduación de consciencia que se propone hacer posible la ascensión en la evolución.

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Hay tres poderes en el cosmos que todas las cosas son sometidas a ellos– la creación, la preservación y la destrucción; todo lo que es creado dura por un tiempo, entonces comienza a desmoronarse. El quitar la fuerza de la destrucción implica una creación que no será destruida sino que durará y se desarrollará siempre. En la Ignorancia, la destrucción es necesaria para el progreso– en el Conocimiento, la Verdadera - creación, la ley es la de un constante desarrollo sin ninguna Pralaya.

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[Grandes cataclismos catastróficos cuando la supermente descienda:] No necesita suceder. Habrá necesariamente unos grandes cambios pero ellos no están sujetos a ser catastróficos. Cuando hay una fuerte presión de la fuerza de la supermente para un cambio, entonces ellos son probablemente catastróficos por la resistencia y el choque de las fuerzas. Lo supramental tiene un grandeza – en su totalidad y completo dominio y maestría de las cosas y poderes de armonización los cuales pueden vencer la resistencia por otras formas que no sean las luchas dramáticas y la violencia.

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Si, ha habido algún progreso al respecto [el cambio psíquico] y todo progreso en la psiquis o la consciencia espiritual de los sadhaks hace el descenso más fácil. Pero la causa principal es que el principio de la mente suprema el cual es la ayuda secreta inmediata de la presente naturaleza - tierra con todas sus limitaciones, es cada vez más y más tolerante a la presión de lo supramental y deja pasar una mayor Luz y un mayor Poder. Mientras que la mente suprema intervenga (el principio de la mente suprema siendo un juego de fuerzas, cada una tratando de realizarse ella misma como la Verdad) la ley de la lucha permanece y con ella la oportunidad de las Fuerzas adversas.

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Hasta donde yo veo, una vez que lo supramental está establecido en la Materia, la transformación será posible con muchas menos condiciones problemáticas de las que tenemos ahora. Estas condiciones adversas son debido al hecho de que la Ignorancia está en posesión de los Poderes hostiles, y estableciendo autoridad, como si a ella no le importara desistir de su posesión, y no hubiera una fuerza total de Luz establecida en la consciencia - tierra que no solamente conociera sino que superara y aventajara totalmente su fuerza tenebrosa.

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La falacia del argumento descansa en la premisa propuesta al principio, de que inclusive después de la supramentalización las dificultades y los ataques continuarán. En la consciencia supramental tales ataques no son posible – la coexistencia de lo supramental y las fuerzas oscuras en el mismo ser y cuerpo no es posible. Es precisamente por esa razón que la supramentalización del cuerpo de la consciencia es impuesta como la condición de una transformación exitosa. Si los ataques continúan y pueden triunfar, eso quiere decir que el cuerpo de la consciencia no está todavía supramentalizado.

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El descenso de lo supramental puede apresurar las cosas, pero no va a actuar como un patente o medicina o cambiar todas las cosas en un pestañeo.

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Son las noches oscuras las que preparan para los grandes amaneceres– y así es como en la más profunda inconsciencia de la vida material, tenemos que traer, no un vislumbre intermedio sino el juego total de la Luz divina.

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1. 2. 34. Supuestamente es siempre el año de la manifestación. 2. 3. 45. es el año del poder – cuando la cosa manifestada obtiene la fuerza completa. 4. 5. 67 es el año de la completa realización.

 

Cartas sobre Yoga -Sri Aurobindo
Final de la Sección I - La Evolución Supramental
Traducido por Hortensia De la Torre
Diciembre de 1997

 

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