Hortensia De la Torre


CARTAS SOBRE YOGA

por

Sri Aurobindo


Tomo II, Sección I

EL OBJETO DEL YOGA INTEGRAL

 

El objeto del yoga es entrar en y estar poseído por la Presencia y la Consciencia del Divino, amar al Divino sólo por el Divino mismo, tener nuestra naturaleza armonizada de acuerdo con la naturaleza del Divino, y en nuestra voluntad, trabajos y vida, ser el instrumento del Divino. Su objeto no es ser un gran yogui o un Superhombre (aunque eso puede llegar) o aferrarse al Divino por el beneficio del Poder del ego, del orgullo o del placer. No es por el Moksha aunque la liberación y todo lo demás llega y puede llegar a través de ella, pero esos no deben ser nuestros objetivos. Sólo el Divino debe ser nuestro objeto.

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El llegar a nuestro yoga meramente con la idea de ser un superhombre sería un acto de egoísmo vital que derrotaría su propio objeto. Aquellos que ponen este objeto enfrente de sus preocupaciones, invariablemente llegan a fracasar espiritualmente y de otras formas. La meta de este yoga es, primero, entrar en la consciencia divina por la fusión del ego separativo (incidentemente, al hacer esto uno encuentra su verdadero yo individual el cual no es el ego limitado, vano y egoísta sino una porción del Divino) y, secundariamente, hacer descender la consciencia supramental sobre la tierra para transformar la mente, la vida y el cuerpo. Todo lo demás sólo puede ser un resultado de estas dos metas, nunca el objetivo primario del yoga.

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Usted debe desprenderse de ciertas ideas erróneas que parece tener acerca del yoga, porque estas son dañinas y deben ser desechadas por cada sadhak:

1. El objeto del yoga no es llegar a ser "como" Sri Aurobindo o la Madre. Aquellos que comparten esta idea fácilmente llegan a la idea consiguiente de que ellos pueden llegar a ser sus iguales e inclusive mucho mejores. Esto es sólo para alimentar el ego.

2. El objeto del yoga no es obtener poder o ser más poderoso que otros o tener grandes siddhis o hacer cosas o milagros grandes o maravillosos.

3. El objeto del yoga no es ser un gran yogui o un superhombre. Esto es una forma egoísta de tomar el yoga y puede guiar a algo no bueno; evítenlo del todo.

4. El hablar de lo supramental y el pensar hacerlo descender en usted mismo, es lo más peligroso de todo. Eso puede concluir en una completa megalomanía y una falta de balance. Lo que el sadhak tiene que buscar es la completa apertura al Divino, el cambio psíquico de su consciencia, el cambio espiritual. Porque ese cambio de consciencia, dadivosidad, desinterés, humildad, bhakti, rendición, calma, igualdad, paz y sinceridad tranquila son constituyentes necesarios. Hasta que él tenga el cambio psíquico y espiritual, el pensar en ser supramental es un absurdo, una absurdidad arrogante.

Si todas estas ideas egoístas se gratifican, sólo pueden agrandar el ego, echar a perder el sadhana y guiarnos a unos peligros espirituales muy serios. Ellas todas deben ser rechazadas.

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Por supuesto, usted puede [hacer yoga sin ser magnífico]. No hay necesidad de ser eminente o magnífico. Por lo contrario, la humildad es la primera necesidad, porque él que tenga ego y orgullo no puede realizar lo Superior.

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En cuanto al libro mismo, yo soy un desventurado ignorante del lenguaje Telugu y no puedo leer el original pero por el recuento dado en inglés me he formado alguna idea de la sustancia. Y agrego, que es en lo principal una declaración y justificación de la Purna Yoga y de mi mensaje; yo creo que usted ha declarado correctamente los dos elementos principales de él - primeramente, la aceptación del mundo como una manifestación del Poder Divino, no su rechazo como un error o una ilusión, y secundariamente, el carácter de esta manifestación como una evolución espiritual, con el yoga como el medio para la transformación de la mente, la vida y el cuerpo, como instrumentos de una perfección espiritual y supramental. El universo no es solamente un hecho material sino también espiritual, la vida no es solamente un juego de fuerzas o una experiencia mental, sino un campo para la evolución del espíritu encubierto. La vida humana recibirá su logro y satisfacción completa, y su transformación en algo más allá de ella misma, sólo cuando esta verdad sea comprendida y hecha la fuerza motivadora de nuestra existencia, y el instrumento de su realización efectiva sea descubierto. El instrumento de la realización debe de encontrarse en el yoga integral, una unión de todas las partes de nuestro ser con el Divino en la armonía de una consciencia y existencia divinas y superiores.

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La forma que el yoga es aplicado aquí, tiene un propósito diferente de los otros, -- porque su meta no es solamente levantar la consciencia del mundo, ignorante y ordinaria, hacia la consciencia divina, sino hacer descender el poder supramental de la consciencia divina en la ignorancia de la mente, la vida y el cuerpo para transformarlos y hacer manifestar el Divino aquí, creando la vida Divina en la Materia. Este es un yoga y una meta excesivamente difíciles; para muchos o para la mayoría parece imposible. Todas las fuerzas establecidas de la consciencia del mundo ignorante están opuestas a esa meta y a este yoga, negándolos y tratando de prevenirlos; el sadhak encontrará su propia mente, vida y cuerpo llenos de los más obstinados impedimentos para su realización. Si usted puede aceptar el ideal de todo corazón, enfrentándose con todas las dificultades, dejando el pasado y sus ataduras detrás, y usted está listo a renunciar a todo y a arriesgarlo todo por la divina posibilidad, entonces usted podrá esperar descubrir por la experiencia la Verdad detrás de eso.

El sadhana de este yoga no procede / prosigue a través de ninguna enseñanza mental o forma de meditación prescrita, Mantras u otras cosas, sino por la aspiración, por una concentración propia interior o ascendente, por una apertura de sí mismo a una Influencia, al Poder Divino por sobre nosotros y a sus trabajos, a la Presencia Divina en el corazón, y por el rechazo o la repulsa de todo lo que es extraño a esas cosas. Es sólo por la fe, la aspiración y el rendimiento, que esta apertura de uno mismo puede llegar. 

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Usted tiene aparentemente una llamada pudiendo ser apto para el yoga; pero hay diferentes pasajes o caminos y cada uno tiene una meta y una finalidad diferentes delante de ellos. Es común a todos los pasajes o caminos, dominar los deseos, apartar las relaciones ordinarias de la vida, y tratar de cruzar de la incertidumbre a la certeza permanente e irrevocable. Uno puede también tratar de conquistar el sueño y el dormir, la sed y el hambre, etc. Pero no es parte de mi yoga, el no tener nada que ver con el mundo o con la vida o matar los sentidos o inhibir completamente su acción. Es el objeto de mi yoga transformar la vida haciendo descender en ella la Luz, el Poder y la Bienaventuranza de la Verdad divina y sus certezas dinámicas. Este yoga no es un yoga de un ascetismo evasivo, sino de la vida divina. El objeto suyo, por otra parte, puede solamente ser obtenido por la entrada al Samadhi y cortando en él con todas las conexiones de la existencia del mundo.

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No es indispensable ser un asceta - es suficiente si uno puede aprender a vivir en el ser interno en lugar de la superficie, descubrir el alma o la verdadera individualidad que está velada por la mente superficial y las fuerzas de la vida, y abrir el ser a la Realidad superconsciente. Pero en eso no podemos triunfar a menos que uno sea completamente sincero y persistente en su esfuerzo.

En cuanto a su segunda pregunta, la participación en la misión de Sri Aurobindo, depende en la capacidad para practicar un yoga difícil o en la llamada para consagrarse uno mismo a ese ideal sin pensar en la demanda del ego o los deseos vitales; de otra forma es mucho mejor no pensar en eso.

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Si, a menos que la naturaleza externa esté transformada, uno puede ir lo más alto posible y tener las grandes experiencias - pero la mente externa permanece como un instrumento de la Ignorancia.

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Siempre es posible tener realizaciones de alguna clase en el plano mental - espiritual, incluso si el vital todavía es impuro. Hay una clase de separación de Purusha y de Prakriti mentales que resulta en un conocimiento que no tiene efectos transformativos en la vida. Pero la teoría de estos yoguis es que uno tiene que conocer el Yo; la vida y lo que uno hace en ella, no importa. No ha leído usted del yogui que llegó con su concubina y Ramakrishna le preguntó, "¿Por qué vives así?" Él le contestó, "Todo es Maya, de manera que no importa lo que hago mientras yo conozca a Brahman." Eso es cierto, replicó Ramakrishna, "Yo escupo en tu Vedanta", pero lógicamente el yogui tenía su punto de razón - porque si toda la vida y la acción son Maya y sólo el Brahman silente es real - qué importa!

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En la condición Brahmánica uno se siente a si mismo intocable y puro pero la naturaleza permanece imperfecta. El Sannyasin ordinario no le importa eso, porque su objeto no es perfeccionar la naturaleza, sino separarse él mismo de ella.

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La paz es una base necesaria pero no es suficiente. La paz, si es fuerte y permanente puede liberar al ser interno, quien puede llegar a ser un testigo calmado e inamovible de los movimientos externos. Esta es la liberación del Sannyasin. En algunos caso ella puede liberar también lo externo, desechando la naturaleza vieja en la consciencia ambiental, pero realmente, esto es liberación, no transformación.

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Ellos [los antiguos yogas] aspiraban a la realización y no les importaba la divinización, excepto los Tántricos y algunos otros. Sin embargo, la meta, inclusive en éstos, era preferiblemente llegar a ser santos y siddhas más que nada.

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El plano hace una diferencia considerable en el poder, la luminosidad y la perfección, etc. de la experiencia. Una realización mental es muy diferente de una superior a la mental o supramental aunque la Verdad realizada puede ser la misma. De manera que también, el conocer a Brahman en la Materia tiene un resultado diferente del conocer a Brahman como la Vida, la Mente, la Supermente o Ananda. Si el realizar el Divino a través de la Mente fuera justamente lo mismo que realizarlo en los planos superiores, no habría ningún significado en este yoga - no habría necesidad del ascenso hacia la supermente o el hacerla descender.

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La meta final es la unión total con el Divino. Cuando uno tiene alguna clase de unión constante con el Divino, uno puede ser llamado yogui, pero la unión tiene que ser total. Hay yoguis que solamente tienen la unión en el plano espiritual, otros que están unidos en la mente y el corazón, y otros en el vital también. En nuestro yoga nuestra meta es estar unido también en la consciencia física y en el plano supramental.

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Pero ¿por qué deberán ellos [los yoguis de los caminos tradicionales] sentir cualquier presión [del descenso de la supermente] cuando ellos están satisfechos con la realización que tienen? Ellos viven en la mente espiritual y la naturaleza de la mente es separar -- aquí se separa algún aspecto superior o estado del Divino y se busca la exclusión de todo lo demás. Todas las filosofías espirituales y las escuelas de yoga hacen eso. Si ellos van más allá, es hacia el Absoluto - y la mente no puede concebir el Absoluto excepto como algo inconcebible, neti neti. Es más, para obtener el samadhi ellos se concentran en una sola idea y lo que ellos alcanzan es eso que es representado por esa idea - el samadhi es en su naturaleza una concentración exclusiva de eso. De manera que ¿por qué ellos deben abrirse a cualquier otra cosa? Hay solamente unos cuantos que son suficientemente plásticos para escapar de esta auto-limitación del sadhana -- lo que ellos experimentan es que no hay final para la realización, cuando usted llega a uno de los puntos máximos, usted encuentra otro más allá de él. Para poder ver más que eso uno tiene que obtener el toque despierto consciente con lo supramental o por lo menos echarle un vistazo de eso -- y eso quiere decir pasar más allá de la mente espiritual.

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Es el mismo principio de este yoga que sólo por la supramentalización de la consciencia, lo que significa alzarse por arriba de la mente hacia la supermente y el descenso de la supermente en la naturaleza, puede ser alcanzado el final de la transformación. De forma que si nadie puede alzarse sobre la mente hacia la supermente, entonces lógicamente este yoga llega a ser imposible. Cada ser es en esencia uno con el Divino y en su ser individual una porción del Divino, de manera que no hay una barrera insuperable para él, el llegar a ser supramental. Sin duda es imposible para la naturaleza humana siendo mental en sus bases el conquistar la Ignorancia, levantarse por encima de la supermente y obtener el descenso de ella sin ayuda y por su propio esfuerzo, eso sólo puede ser hecho por el rendimiento al Divino. Uno la hace descender en la Naturaleza de la tierra a través de su propia consciencia y así abre el camino para otros, pero el cambio tiene que ser repetido en cada consciencia para llegar a ser efectivo individualmente.

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La meta del yoga es abrir la consciencia a Divino y vivir en la consciencia interna cada vez más mientras se actúa desde ella en la vida externa, traer el psíquico recóndito al frente, y por el poder del psíquico, purificar y cambiar el ser de manera que pueda estar listo para la transformación y unión con el Conocimiento, la Voluntad y el Amor Divino. Secundariamente desarrollar la consciencia yoga, como por ejemplo, universalizar el ser en todos los planos, llegar a ser consciente del ser y las fuerzas cósmicas y estar en unión con el Divino en todos los planos hasta llegar a la mente suprema (overmind). Terceramente o en tercer lugar, contactar con el Divino transcendente, más allá de la mente suprema y a través de la consciencia supramental para supramentalizar la consciencia y la naturaleza y hacer de si mismo un instrumento para la realización de la Verdad Divina Dinámica y su descenso transformante en la naturaleza de la tierra.

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El Divino tiene para nosotros tres aspectos:

1. Es el Yo y el Espíritu Cósmico que está en y detrás de todas las cosas y seres, desde y en el cual, todo es manifestado en el universo - aunque ahora es una manifestación de la Ignorancia.

2. Es el Espíritu y la Materia de nuestro propio ser en nosotros, a quien tenemos que servir, aprendiendo a expresar su voluntad en todos nuestros movimientos, de forma que podamos desarrollarnos y crecer fuera de la Ignorancia hacia la Luz.

3. El Divino es el Ser y el Espíritu Trascendente, toda bienaventuranza y luz, conocimiento y poder divinos, y hacia esa existencia divina superior y su Luz tenemos que alzarnos, haciendo descender cada vez más la realidad de ella en nuestra consciencia y vida.

En la Naturaleza ordinaria nosotros vivimos en la Ignorancia y no conocemos al Divino. Las fuerzas de la Naturaleza ordinaria son fuerzas no divinas porque ellas traman el velo del ego, el deseo y la inconsciencia, que esconden de nosotros al Divino. Para introducirse en una consciencia más profunda y superior, que conoce y vive luminosamente en el Divino, tenemos que desprendernos de las fuerzas de la naturaleza baja y abrirnos a la acción de la Divina Shakti que transformará nuestra consciencia, en esa consciencia de la Naturaleza Divina.

Esta es la concepción del Divino desde la cual nosotros tenemos que comenzar -- la realización de su verdad puede solamente llegar con la apertura de la consciencia y su cambio. 

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La distinción entre el Trascendental, el Cósmico y el Divino Individual, no es mi invención, ni es innata de la India o Asia -- de lo contrario, es una corriente de enseñanza europea en la tradición esotérica de la Iglesia Católica, donde es la explicación autorizada de la Trinidad, -- el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, - y es muy bien conocida para la experiencia mística europea. En esencia, eso existe en todas las disciplinas espirituales que reconocen la omnipresencia del Divino - en la experiencia del indio vedántico, en el mahometano yoga (no solamente el sufí, sino otras escuelas también) los mahometanos inclusive hablan no sólo de dos o tres niveles, sino de muchos niveles del Divino hasta que uno alcance el Supremo. En cuanto a la idea en sí misma, con seguridad hay una diferencia entre el individual, el cosmos en el espacio y el tiempo, y el algo que excede esta fórmula o cualquier otra fórmula cósmica. Hay una consciencia cósmica experimentada por muchos y que es completamente diferente en su extensión y su acción de la consciencia individual, y si hay una consciencia más allá de la cósmica, infinita y esencialmente eterna, no meramente extendida en el Tiempo, eso también debe ser diferente de las otras dos. Y si el Divino es o se manifiesta Él Mismo en esos tres, no es concebible en la perspectiva de en Su trabajo. Él puede diferenciarse Él Mismo o a Sí Mismo tanto, que nosotros estamos gobernados, si no estamos confundiendo toda la verdad total de la experiencia y si no nos limitamos nosotros mismos a una mera experiencia estática de algo indefinible, para hablar de un triple aspecto del Divino.

En la práctica del yoga hay una gran diferencia dinámica en la forma que uno trata con estas tres realizaciones posibles. Si realizo solamente al Divino como eso, no como mi yo personal, que todavía mueve secretamente todo mi ser personal, y él que puedo traer al frente develándolo, o si construyo la imagen del Divino en mis miembros, eso es una realización pero es limitada. Si es el Divino Cósmico él que realizo, perdiendo en él todo el yo personal, esa es una realización muy amplia, pero yo simplemente llego a ser un mero canal del Poder Universal y para mi, no hay una consumación individual personal o divina. Si yo trato de alcanzar solamente la realización trascendental, me pierdo a mi misma y al mundo en el Absoluto Trascendental. Si por otra parte, mi meta no es ninguna de esas cosas en si mismas, sino realizar y también manifestar al Divino en el mundo, haciendo descender por ese propósito un Poder que todavía no se ha manifestado, -- tal como la supermente, -- una armonización de todos estos tres, llega a ser imperativa. Yo tengo que hacerlo descender, y ¿de dónde lo tengo que traer - dado que eso no está todavía manifestado en la fórmula cósmica - si no es del Trascendente no manifestado, el cual debo alcanzar y realizarlo? Yo tengo que hacerlo descender en la fórmula cósmica, y sí así lo hago, debo realizar el Divino Cósmico y llegar a ser consciente del yo cósmico y las fuerzas cósmicas. Pero, tengo que encarnarlo / incorporarlo aquí, -- de otra manera, ese Poder es dejado como una influencia solamente y no una cosa física en el mundo físico, y es a través del Divino en el individuo solamente, que eso puede pasar.

Estos son los elementos en la dinámica de la experiencia espiritual y estoy obligado / comprometido a admitirlos si ha de hacerse un trabajo divino.

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Obviamente el buscar al Divino solamente por lo que uno pueda obtener de Él, no es una actitud propia; pero si estuviera absolutamente prohibido buscarlo por esas cosas, la mayoría de las personas en el mundo no cambiarían de ninguna forma su camino para buscarlo. Supongo, por lo tanto, que eso es permitido, de manera que ellas puedan efectuar su comienzo - si ellas tienen fe, ellas pueden obtener lo que han pedido y pensar que eso es algo bueno para continuar, entonces un día pueden repentinamente tropezar con la idea de que eso, después de todo, no es particularmente lo que se debe hacer, y que hay un mejor camino y un mejor espíritu por el cual uno puede acercarse al Divino. Si ellas no obtienen lo que quieren y todavía se acercan al Divino y a la verdad en Él, bueno, eso demuestra que ellas están preparándose y casi listas. Pero por supuesto que eso no es la vida espiritual, es sólo una clase de acercamiento religioso elemental. Porque en la vida espiritual el dar y no el demandar en la regla. Sin embargo, el sadhak, puede pedir por la Fuerza Divina para que lo ayude en conservar su salud o recobrarla, si él hace eso como parte de su sadhana, de manera que su cuerpo pueda ser capaz y apropiado para la vida espiritual y un instrumento eficaz para el Trabajo Divino.

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Déjenos primeramente separar la consideración completamente remota de lo que haríamos si la unión con el Divino trajera la bienaventuranza eterna, Nirananda, o la tortura. Tal cosa no existe, y el forzarla, sólo empaña el asunto. El Divino es Anandamaya y uno puede buscarlo por el Ananda que él da; pero el tiene también en él muchas otras cosas y uno puede buscarlo por cualquiera de ellas, por la paz, por la liberación, por el conocimiento, por el poder, por cualquier otra cosa que uno pueda sentir la tentación o el impulso. Es completamente posible para alguien el decir: "Déjame tener el Poder del Divino y hacer Su trabajo o Su Voluntad, inclusive si el uso del Poder también nos acarrea o impone sufrimiento". Es posible esquivar la bienaventuranza como una cosa muy tremenda o extática y pedir sólo o más bien por la paz, la liberación o el Nirvana. Usted habla del logro y la realización propios, - uno puede mirar al Supremo no como el Divino sino como el Yo mismo superior y buscar la realización del ser de uno en ese Yo superior; pero uno no necesita imaginarlo/visualizarlo como un yo de bienaventuranza, de éxtasis, Ananda - uno puede visualizarlo como un yo de libertad, de vastedad, de conocimiento, de tranquilidad, de fuerza, de calma, de perfección - quizás muy calmado para una onda de cualquier cosa que lo pueda perturbar como es la felicidad cuando llega. De manera que incluso si el acercarse al Divino es por el hecho de ganar algo, no es un hecho que uno pueda acercársele a Él o buscar la unión solamente por el propio bien de Ananda y nada más.

Eso conlleva algo que tira todos sus razonamientos fuera de borda. Porque estos son aspectos y poderes de la Naturaleza Divina y estados de su ser, - pero el Divinos mismo es algo absoluto, alguien existente en si mismo, no limitado por sus aspectos ni existiendo por ellos sino que ellos existen por Él, - maravilloso e inefable. En consecuencia, si Él atrae por sus aspectos, mucho más él puede atraer por su yo mismo absoluto, que es dulce, poderoso y más profundo que cualquier otro aspecto. Su paz, su delicia, su luz, su libertad y su belleza son maravillosas e inefables, porque él es en si mismo mágico, misterioso, trascendentalmente maravilloso e inefable. Entonces, él puede ser buscado por su yo inefable y maravilloso y no solamente por el bien de un aspecto u otro de él. La única cosa que se necesita para eso es, primero, llegar al punto donde el ser psíquico sienta esa urgencia del Divino en él mismo, y secundariamente, llegar al punto donde la mente, el vital y todo lo demás comiencen a sentir también que eso era lo que estaban queriendo, y que la superficie entonces busque a Ananda, o lo que sea que fue solamente la excusa para empujar y dirigir la naturaleza hacia el magneto supremo.

Su argumento de que nuestro reconocimiento de la unión con el Divino nos traerá Ananda, y que por lo tanto debe ser por Ananda que nosotros buscamos esa unión, no es verdadero y no tiene fuerza. El que ama a una reina debe saber que si ella le devuelve su amor, eso le traerá el poder, la posición y las riquezas y sin embargo, puede que no sea por el poder, la posición y las riquezas por lo que él busca su amor. Él puede amarla por ella misma y podría amarla igualmente si ella no fuera una reina; el puede no tener esperanza de que ella le devuelva su amor y todavía amarla, adorarla, vivir y morir por ella simplemente porque ella es ella. Eso ha pasado y los hombres han amado a las mujeres sin ninguna esperanza de disfrute o de resultados, han amado constantemente, apasionadamente a medida que los años han pasado y la belleza se ha ido. Los patriotas no aman su patria sólo cuando es rica, poderosa, grande y tiene mucho que darle a ellos; el amor a la patria ha sido más ardiente, apasionado y absoluto cuando la patria era pobre, degradada, miserable y sin tener nada que dar sino pérdidas, heridas, tortura, prisión y muerte como pago de sus servicios; sin embargo incluso sabiendo que ellos nunca verían su libertad, los hombres han vivido, servido y muerto por ella - por su propio bien y no por lo que ella le pudiera dar. Los hombres han amado la Verdad por ella misma y por lo que ellos puedan buscar y encontrar en ella, aceptando la pobreza, la persecución y la muerte misma; ellos han estado satisfechos inclusive de buscarla siempre sin haberla encontrado y todavía no se dan por vencidos en su búsqueda. ¿Qué significa eso? Que el hombre, la patria, la Verdad y otras cosas más pueden ser amados por si mismos y no por cualquier otra cosa, no por las circunstancias o la calidad que lo acompaña, o la felicidad que resulta de eso, sino por algo absoluto que es o está en ellos o detrás de sus apariencias y circunstancias. El Divino es más que un hombre o una mujer, una expansión de tierra o un credo, una opinión o un descubrimiento o principio. Él es la persona más allá de todas las personas, el Hogar y la Patria de todas las almas, la Verdad de la que todas las verdades son solamente unas figuras imperfectas. Y, puede Él no ser amado y buscado por si mismo, como todas esas cosas y muchas más que han sido perseguidas por los hombres incluso en su naturaleza y yo inferior.

Lo que su razonamiento ignora es que lo que es absoluto o tiende hacia lo absoluto en el hombre tanto en su búsqueda como en lo Divino - es algo que no puede ser explicado por un razonamiento mental o un motivo vital. Un propósito o intención, pero un propósito del alma no del deseo vital; una razón no de la mente sino del yo y el espíritu. Una petición también, pero una petición que es una aspiración inherente en el alma, no un antojo vital. Eso es lo que surge cuando hay una completa entrega de si mismo, cuando "te busco por esto" y "te busco por aquello" cambia completamente a "Te busco por Ti mismo." Es ese absoluto en el Divino, maravilloso e inefable, lo que X quiere decir cuando dice, "Ni conocimiento, ni esto ni lo otro, sino Krishna." La atracción o el magnetismo de eso es definitivamente un imperativo categórico, el yo en nosotros es guiado hacia el Divino por la llamada imperativa del gran Yo, el alma inefablemente dirigiéndose hacia el objeto de su adoración porque no puede ser de otra manera, porque eso es eso y Él es Él. Eso es todo.

Yo he escrito todo eso sólo para explicar lo que nosotros queremos decir cuando hablamos de buscar al Divino por él mismo y no por algo más - tan comprensible en su extensión como se pueda explicar. Explicable o no, es uno de los hechos más sobresalientes y fundamentales de la experiencia espiritual. La voluntad del rendimiento propio es sólo una expresión de este hecho. Pero esto no quiere decir que yo objete su petición por Ananda. Pedir por eso, ciertamente, tanto como pedir por eso es una necesidad de cualquier parte de su ser - porque esas son las cosas que guían hacia el Divino, mientras que la llamada interna absoluta que está ahí todo el tiempo no se empuje ella misma hacia la superficie. Pero fue realmente eso lo que lo dirigió desde el principio y está ahí respaldando - es el imperativo espiritual categórico, la necesidad absoluta del alma por el Divino.

No estoy diciendo que no hay Ananda. El rendimiento mismo es una Ananda profunda y lo que trae, lleva en su onda una Ananda inexpresable - y con este método, es traída más prontamente que con ningún otro, de manera que uno puede casi decir, "El entregarse uno mismo completa y absolutamente es la regla de oro." Sólo, que uno no lo practica como una regla. Ananda es el resultado, pero la entrega es hecha no por el resultado, sino por la entrega misma en sí y por el Divino - eso puede parecerle a la mente una distinción sutil, pero es muy real.

 

Cartas Sobre Yoga por Sri Aurobindo
Parte II, Sección I – El Objeto del Yoga Integral.
Traducido por Hortensia De la Torre (Yao Feng)

 

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