Hortensia De la Torre


CARTAS SOBRE YOGA

 

por

Sri Aurobindo


Tomo I, Sección V

PLANOS Y PARTES DEL SER

CONTINUACIÓN

 

 

Primero debe haber una conversión interna, un ir hacia adentro para encontrar el ser psíquico recóndito / profundo, trayéndolo al exterior y al frente y revelando al mismo tiempo las partes interiores mentales, vitales y físicas de la naturaleza. Después, debe haber una ascensión, una serie de conversiones ascendentes con un regreso descendente para convertir las partes bajas o inferiores. Cuando uno ha hecho la conversión interna, uno lleva la psiquis a toda la naturaleza inferior (psiquisiza), para tenerla lista para el cambio divino. Al ascender, uno pasa más allá de la mente humana y en cada nivel de la ascensión hay una conversión dentro de una consciencia nueva y una infusión de esa consciencia nueva en la totalidad de la naturaleza. De ese modo, elevándose más allá del intelecto a través de la mente superior iluminada en la consciencia intuitiva, comenzamos a mirarlo todo no desde el alcance del intelecto o a través del intelecto como un instrumento, sino desde una altura intuitiva mucho mayor y a través de una voluntad, un sentimiento, una emoción, una sensación intuitiva y un contacto físico. Así que, procediendo desde la intuición hacia la altura mayor de la mente suprema, hay una conversión nueva, y nosotros miramos y experimentamos todo desde la consciencia de la mente suprema y a través de un valor nuevo de la mente, el corazón, lo vital y el cuerpo con el pensamiento, la visión, la voluntad, el sentimiento, la sensación, el juego de la fuerza y el contacto de la mente suprema. Pero la última conversión es la supramental, porque una vez allí – la naturaleza es supramentalizada, estamos más allá de la Ignorancia y la conversión de consciencia ya no se necesita más, aunque es todavía posible más adelante una progresión divina e inclusive un desarrollo infinito.

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Hay un mundo de Ignorancia, también hay mundos de Verdad. La creación no tiene principio ni fin. Es solamente de una creación en particular que puede ser dicho, que ella tiene un principio y un fin.

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Usted debe recordar que hay reflexiones de los mundos Superiores en los planos inferiores, los cuales pueden fácilmente ser experimentados como supremos en una etapa determinada de la evolución. Pero la suprema Sachchidananda no es un mundo, es lo supracósmico. El mundo Sat (Satyaloka) es el más alto de la escala conectada con este universo.

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Esa es la Tapoloka original en la cual el principio es Chit y su poder es de Tapas ["calor", cualquier clase de fuerza energética de austeridad de consciencia actuando sobre si misma o sus objetos; el principio esencial de la energía]; pero hay otros mundos de Tapas en otros planos inferiores. Hay uno en el mental y otro en el radio de acción vital. Es de una de esas Tapas, de donde el ser que usted vio debió de proceder.

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Hay un plano vital (existente de por) si sobre el universo material que nosotros vemos; hay un plano mental (existente de por si) sobre el vital y el material. Estos tres juntos – mental, vital y físico, – los llaman el universo triple del hemisferio inferior. Ellos han sido establecidos en la consciencia de la tierra por la evolución – pero ellos existen por si mismos antes de la evolución, sobre de la consciencia de la tierra y el plano material, a los cuales la tierra pertenece.

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Si nosotros miramos la gradación de los mundos o planos como un todo, lo veríamos como un gran movimiento complejo conectado; los superiores precipitan su influencia en los inferiores y los inferiores reaccionan a los superiores desarrollando o manifestando en ellos mismos y en su propia fórmula, algo que corresponde al poder superior y a su acción. El mundo material ha evolucionado la vida en obediencia a la presión del plano vital, la mente en obediencia a la presión del plano mental. Es en este momento que la supermente está tratando de evolucionar en obediencia a la presión del plano supramental. Explicándolo mejor, ciertas fuerzas, movimientos, poderes y seres de mundos superiores pueden lanzarse ellos mismos en lo más bajo para establecer formas apropiadas y correspondientes, las que los conectarán con el dominio material, como si fueran, a reproducir o proyectar su acción aquí. Cada cosa creada aquí tiene, ayudándola, envolturas más sutiles o formas de ellas mismas las cuales hacen su subsistencia y las conectan con las fuerzas que actúan de lo alto. El hombre, por ejemplo, tiene junto a su cuerpo físico, cuerpos o cubiertas sutiles por las cuales el vive detrás del velo en conexión directa con los planos de consciencia suprafísica y puede ser influenciado por sus poderes, movimientos y seres. Lo que pasa en la vida tiene siempre detrás sus movimientos y formas preexistentes en los planos vitales ocultos; lo que pasa en la mente presupone movimientos y formas preexistentes en los planos mentales ocultos. Ese es un aspecto de las cosas que llegan a ser más y más evidente, persistentes e importantes a medida que progresamos más y más en el yoga dinámico.

Pero todo esto no debe ser tomado en un sentido muy rígido y mecánico, ya que es un movimiento plástico inmenso lleno de un juego de posibilidades y debe ser cogido con un tacto o sentido flexible y sutil en la consciencia observadora. No puede ser reducido a una fórmula lógica rígida o matemática. Dos o tres puntos deben ser apremiados de forma que esa plasticidad no pueda perderse de nuestra vista.

Primero, cada plano, a pesar de su conexión con los otros más altos y más bajos que él, es sin embargo un mundo en si mismo, con sus propios movimientos, fuerzas, seres, tipos y formas de existencia, por su propio beneficio, bajo sus propias leyes y por su propia manifestación sin la aparente consideración por los otros miembros de la gran serie. Aunque si miramos al plano vital o al plano físico sutil, vemos una gran extensión de ellos (la mayor parte) existiendo en ellos mismos sin ninguna relación con el mundo material y con ningún movimiento que lo afecte o influencie, y todavía menos para precipitarse a una manifestación correspondiente en la fórmula física. Cuando más, podemos decir que la existencia de cualquier cosa en el plano vital, el físico sutil o cualquier otro plano crea una posibilidad para un movimiento correspondiente de manifestación en el mundo físico. Pero algo más se necesita para cambiar esa posibilidad estática o latente en una potencialidad dinámica o una urgencia actual hacia una creación material. Ese algo puede ser una llamada del plano material, como por ejemplo, alguna fuerza o alguien en la existencia física entrando o poniéndose en contacto con el poder o mundo suprafísico o parte de él, haciéndolo descender en la vida de la tierra. O quizás pueda haber un impulso en el plano vital mismo, u otros planos, como por ejemplo un ser vital movido a extender su acción hacia la tierra estableciendo ahí un reino para el mismo o el juego de las fuerzas por las cuales él se mantiene en su propio dominio. O eso puede ser una presión de lo alto; diríamos algún poder supramental o mental precipitando su formación desde arriba y desarrollando formas y movimientos en el nivel vital como un medio de tránsito para su propia creación en el mundo material. O eso puede ser todas esas cosas actuando juntas, y en ese caso, hay grandes posibilidades de una creación afectiva.

Después, como una consecuencia, resulta que solamente una parte limitada de la acción del plano vital u otros planos está interesada en la existencia de la tierra. Pero inclusive esto crea una gran masa de posibilidades las cuales son mucho mayores de lo que la tierra puede en un momento manifestar o contener en sus propias fórmulas plásticas menores. Todas estas posibilidades no se realizan ellas mismas; algunas fallan del todo y dejan a lo sumo una idea que no llega a nada; algunas tratan seriamente y son repelidas y vencidas e inclusive si accionan por un tiempo, al final no llegan a nada. Otras efectúan una manifestación a medias, siendo este, el resultado más común, y el que contribuye más a que estas fuerzas vitales o suprafísicas lleguen a estar en conflicto, no solamente teniendo que vencer la resistencia de la consciencia física y la materia, sino su propia resistencia destructiva mutua. Cierto número triunfa en precipitar sus resultados en una creación más completa y exitosa, de forma que si usted compara esta creación con su original en el plano superior, hay algo como un parecido cercano o inclusive una reproducción exacta aparente; el mismo hecho del traslado a otra sustancia y a otro ritmo de manifestación hace la diferencia. Es algo nuevo que se ha manifestado y es eso lo que hace que valga la pena la creación. Por ejemplo, ¿cuál sería la utilidad de la creación supramental en la tierra si ella fuera justamente la misma cosa que una creación supramental en el plano supramental? Es eso en principio, pero todavía algo diferente, un nuevo y triunfante descubrimiento propio del Divino en condiciones que no existen en ninguna parte.

No hay duda, que el físico sutil está más cerca de lo físico y es más parecido a él. Pero todavía las condiciones son diferentes y la cosa también. Por ejemplo, el físico sutil tiene una libertad, una plasticidad, una intensidad, un poder, un color y un juego múltiple y amplio (hay miles de cosas allí que no están aquí) las que sin embargo no tenemos posibilidad en la tierra. Y todavía, hay algo aquí en el físico, una potencialidad del Divino, que el físico sutil, a pesar de sus grandes libertades, no tiene, algo que hace la creación más difícil, pero en su resultado final justifica la labor.

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La mayor parte de las cosas pasan en el plano vital antes de que pasen en el físico, pero todo lo que pasa en el vital no se realiza en el físico, o por lo menos no de la misma forma. Hay siempre, o por lo menos es costumbre, un cambio en la forma, el tiempo y las circunstancias, debido a las condiciones diferentes del plano físico.

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Estas percepciones son correctas en su totalidad. Cada plano es verdadero en si mismo pero solamente en una verdad parcial de la supermente. Cuando estas verdades superiores llegan al plano físico ellas mismas tratan de realizarse allí, pero solamente lo pueden hacer en parte y bajo las condiciones del plano material. Solamente es la supermente la que puede vencer esta dificultad.

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Los mundos celestiales están por encima del cuerpo. Las partes del cuerpo que corresponden a ellos son los planos – físico sutil, vital y mental, superior, medio e inferior. Cada plano está en comunicación con los varios mundos a los que pertenece.

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Es la consciencia externa, la consciencia interna y la superconsciencia las que tienen un propósito o intención. Los términos despertar, dormir y soñar son aplicados porque en la consciencia ordinaria del hombre solo lo externo está despierto, el ser interno es mayormente subliminal y actúa directamente solo en un estado de sueño cuando sus movimientos son sentidos como las cosas en los sueños o las visiones; mientras que la superconsciencia (la supermente, la mente superior, etc.) está inclusive más allá del alcance y es para la mente como un sueño profundo.

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Pero, ¿por qué usted quiere conectar estas cosas con el alma? Estos cuatro nombres se le dan a cuatro condiciones del Brahman o del Yo trascendente y universal, – el Yo que sostiene al Estado despierto o la consciencia de sthula, el Yo que sostiene al Estado dormido o la consciencia sutil, el Yo que sostiene al Estado de Sueño Profundo o consciencia Causal, Kãrana, y el Yo en la consciencia supracósmica. El individuo, por supuesto, participa, pero estas son condiciones del Yo, no del Yo y el alma. El significado de estas expresiones está señalado en el Mandukya Upanishad.

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Estos dos grupos de tres nombres cada uno significan la misma cosa. Visva o Virat = el espíritu del universo externo, Hiranyagarbha o Taijasa (el Luminoso) = el espíritu de los planos internos, Prajna o Ishwara = el Espíritu Súper consciente, Señor de todas las cosas y el Yo supremo del cual todo depende. Lo Mental no puede ser Ishwara.

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Virat es la manifestación externa y si nosotros tomamos todo eso como Brahman sin saber que es lo que está detrás de la manifestación, caeremos en el error intelectual del Panteísmo, no realizando que el Divino es más que esa manifestación externa y no puede ser conocido por eso solamente. En lo vital, podemos caer en el error de aceptar lo que es oscuro e imperfecto en los mismos términos que hacen la luz y la divina perfección. También podría haber muchos otros errores consecuentes.

III

Por supermente queremos decir la Consciencia - Verdad completa de la Naturaleza Divina en la cual no puede haber un lugar para el principio de la división y la ignorancia; ella es siempre una luz y un conocimiento totales, completos y superiores a toda la sustancia o movimientos mentales. Entre la supermente y la mente humana hay un número de extensiones, planos o capas de consciencia – uno puede mirarlos en varias formas – en las cuales el elemento o sustancia de la mente y consecuentemente sus movimientos también, llegan a ser más y más iluminados, poderosos y amplios. La mente suprema es la más alta de todas esas extensiones o planos; ella está llena de luces y poderes; pero desde el punto de vista de lo que está por arriba de ella, es la línea en donde al alma se separa del conocimiento completo indivisible en su descenso hacia la Ignorancia. Porque aunque ella se separa de la Verdad, es aquí que ella comienza la separación de los aspectos de la Verdad y las fuerzas y sus trabajos, como si fueran verdades independientes, y esto es un proceso que finaliza a medida que uno desciende en la Mente, la Vida y la Materia común en una completa división, fragmentación y separación de la Verdad indivisible de lo alto. En ese momento, ya no existe más el conocimiento esencial, total, perfectamente armonioso y unificado, o mejor dicho, el conocimiento por siempre armonioso porque por siempre es uno, lo cual es la característica de la supermente. En la supermente, las divisiones mentales y las oposiciones cesan, los problemas creados por nuestra mente que divide y fragmenta desaparecen, y la Verdad es vista como un todo luminoso. En la mente suprema no obstante, no hay una caída real en la Ignorancia, pero si el primer paso es dado, hará la caía inevitable.

 

Tomo I, Sección V - Planos y Partes del Ser
Traducido por Hortensia De la Torre.
Agosto de 1998

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