Suami Sivananda (1887-1963) en su libro ‘Senda Divina’ (de Ahimsa [no-Violencia] a la Muerte), nos dice en la página 159:
 
 
La Universalidad de la Ética
 
 
Cada religión tiene su ética. El Sermón de la Montaña de Jesús y los Diez Mandamientos contienen enseñanzas éticas destinadas a elevar a la humanidad. El Noble Sendero Óctuplo de Buda es la esencia de la ética. El Yama y Niyama de Pantayali Maharishi constituyen una ética. La Manu Smriti, la Yañavalkia Smriti y la Parasara Smriti contienen un código de conducta para el hombre. Los tres tipos de austeridades del Guita no son sino una ética.
 
Los principios básicos de la moral son los mismos en todas partes, pues todos provienen de Dios. Las leyes o los grandes mandamientos proceden directamente de Dios, que es lo Más Elevado.
 
La universalidad es la raíz misma de toda moral. Sin la universalidad, la moral desaparece.
 
No cometas ninguna acción que no produzca bien a otros o de la que te arrepentirás más tarde o avergonzarás. Realiza aquellas acciones que sean loables y que te produzcan bien a ti mismo y a los demás. Esta es una descripción  breve de la conducta recta. Los preceptos morales han sido creados para librarnos mutuamente de todo mal.
 
¿Por qué habría de llevar una vida moral el hombre? ¿Por qué ha de hacer esto y no aquello? Eso es debido a que el hombre no es mejor que un animal si no lleva una vida moral. La finalidad de la moral es elevar al hombre hasta el nivel de Divinidad transformando su naturaleza brutal.
 
 
Buda Enseñando
Buda enseñando a sus discípulos
 
Las Guías hacia una conducta recta son las escrituras, o Dharma Shastras, el ejemplo de los santos, el Ser o la Consciencia internos, y la usanza establecida.
 
Las personas poco evolucionadas no pueden pensar por sí mismas. El egoísmo nubla el entendimiento. Por lo tanto, si una persona tiene aunque sea una sola pizca de egoísmo, no puede detectar lo que es recto ni lo que es equivocado. Para este propósito se requiere un intelecto puro, sutil y agudo. De ahí que los grandes sabios y santos, como Manu y Yañavalkya, estableciesen reglas de conducta.
 
Puesto que no tienes el poder ni el tiempo necesarios para pensar acerca de los principios y las reglas morales expuestos en las escrituras, puedes obtener los preceptos o instrucciones morales a través de los sabios y santos y seguirlas al pie de la letra.
 
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