Las Reglas Del Dojo por Henry Binerfa

Las Reglas Del Dojo

Por: ©Henry Binerfa Castellanos
Cinturón negro 3er Dan
Director Técnico Provincial del Kaisen-do en Camagüey




La traducción literaria del termino japonés Dojo, se entiende como lugar de sabiduría. En la antigüedad se indicaba con este termino el lugar donde se efectuaba la meditación de los monjes Budistas Zen. Pero con la expansión de las artes marciales por el mundo y su posterior modernización la cultura occidental comprende él termino japonés de Dojo como el lugar donde se entrenan las artes marciales.

Las normas del Dojo son reglas de comportamientos planteadas para ayudar al propio funcionamiento del Dojo. Muchas de estas normas son de sentido común, muchas son simples buenos modales. En los Dojos de artes marciales alrededor del mundo existe adherencia estricta a la tradición, sin embargo también es flexible a los cambios por algo mas adecuado dónde se requiera. Las formas varían de una nación a otra, por lo tanto diferenciaciones en las reglas también existen. No hay justificación para la pereza, ni tampoco por la indiferencia de las reglas a causa de esta.

Las siguientes líneas son tomadas de las enseñanzas dadas por el Sosai Masutatsu Oyama, creador y fundador del Kyokushin Kai.

“El Dojo es un lugar sagrado; trátelo como tal. No es meramente un gimnasio ni tampoco cualquier centro de entrenamiento viejo. Cuide y siéntase orgulloso de su Dojo, trátelo de la misma manera en que usted trata cualquier lugar de reverencia.

El Karate es fácilmente confundido como un deporte rudo y exigente, el cual sirve al único propósito de enseñar a sus participantes a herir a otros de maneras desagradables. Pero hay que tener siempre presente que nadie está excepto de las normas comunes de cortesías expresadas en las reglas del Dojo. A menudo un estudiante avanzado muy familiarizado con el Dojo y sus compañeros, trata de encontrar humor en su indiferencia de las reglas del Dojo. Siempre recuerde que todo Karateka, sin importar si es cinturón negro o un principiante, se entrenan en el mismo Dojo y en el mismo piso. Todos practican las mismas técnicas y aspiran hacia los mismos ideales. Por lo tanto, todos son gobernados por los mismos requerimientos de etiqueta”.



Reglas del Dojo de Kaisen Do.

1. Solamente podrán acudir a este aquellas personas que estén verdaderamente interesados en estudiarse a sí mismos.

2. Debe reinar la calma y la concentración.

3. La armonía y el respeto entre los que practican deben ser esenciales.

4. El lenguaje y el comportamiento deben ser correctos.

5. La limpieza del cuerpo y del as ropas debe cuidarse escrupulosamente.

6. Se efectuaran los saludos y toda las formas tradicionales de cortesía.

7. No jure, no se ría tontamente, no hable, no haraganee o actúe desatentamente durante el entrenamiento. Trate su entrenamiento seriamente; no es cuestión de risa. Un karateka debe estar siempre alerta y tener un buen comportamiento. La posesión de un grado mayor ( especialmente el cinturón negro) no es su boleto a la relajación y la familiaridad en el Dojo. No malgaste su tiempo y el de los demás si usted no esta preparado para tratar su instrucción y sus compañeros de Karate con el respeto y la seriedad merecidos. Esto incluye abandonar el entrenamiento antes de terminar las clases. A menos que el instructor autorice algo diferente el estudiante debe permanecer en la clase hasta la terminación del saludo final. El abuso de esta regla no será tolerado.

8. El instructor, quienquiera que puede ser, deber ser tratado con el respeto que usted mismo esperaría de otros como cortesía común. Si usted no puede mostrar el respeto hacia una persona que toma su tiempo para enseñarle, entonces usted no pertenece en un Dojo de karate. Nunca ponga en duda su dirección; nunca hable en la clase a menos que sea preguntado por el instructor. Tal obediencia desarrolla un lazo de confianza entre el instructor y el estudiante, el cual mejora la receptividad mutua, simplificando y acelerando el proceso de aprendizaje.



Estas son las reglas que representan la auténtica esencia de la práctica de las artes marciales, tal y como se han trasmitido por la tradición, y quien no las pueda aceptar debe irse y solamente podrá regresar cuando las halla entendido y esté dispuesto a respetarlas.