Comentario Editorial #3
 
 
10 de junio de 1999
 
Por Hortensia De la Torre (Yao Feng)
 
 
Leyendo solamente no se adquiere el conocimiento necesario para evolucionar. Es con nuestro esfuerzo y voluntad que nos ponemos en contacto con esa fuerza o fuente regeneradora que al descender sobre nosotros nos transforma haciéndonos ver y oír lo que antes era imposible de obtener: la Verdad Divina.
 
¿Qué es la Verdad Divina? Es la Realidad, la Comprensión de que sólo hay un Dios, la Unidad, y que fuera de eso, “no existe nada”.
 
Todo lo que aparentemente existe es una ilusión, y si como tal la tratamos, la respuesta será el cambio y la transformación no sólo de las apariencias externas individuales, sino también de la colectiva. El Mundo entero parecerá diferente, reaccionará diferente. Realmente las apariencias externas nunca cambiaron, es que uno antes no veía la Verdad.
 
Despertemos, no dejemos que la confusión y la oscuridad nos turbe los sentidos y nos impida disfrutar de este bello panorama que es la Vida Divina.
 
Repitamos para nosotros mismos cada día, cada hora, cada instante esta gran y única verdad: hay sólo un Dios, sólo una Unidad, un Imperecedero, un Permanente, un Todo, un Atman; y ese está dentro de cada uno de nosotros.
 
DejémosLe brillar, expresarse, ser, expandirse, ampliarse, llegar a ser el infinito que ya es. Él te está esperando, déjalo emerger, no le impidas salir ni crecer. Siempre ha estado ahí y ahora que ya lo sabes, recíbelo.
 
Él es tu amigo, tu hermano, tu madre, tu hijo, el pájaro que canta, la vaca que da la leche que tomas, los árboles que te dan la sombra y los frutos que disfrutas, el volcán en erupción, el viento que silba, el mar inmenso, la aurora boreal, los planetas, las estrellas, tú mismo. Todos en Uno y Uno en Todos. Aprende a aceptarlos, a quererlos, a comprenderlos, a expresarlos. Esa es tu aventura, no la desperdicies.
 
Aprender es Vivir. Vivir es la experiencia que Dios nos ha otorgado como regalo para que la usemos en su nombre, con sus intensiones, con su amor. Él es Tú. ¿Qué te hace imaginar que Él quiere otra cosa que no sea Amor, que no sea Verdad, que no sea Vida?
 
Alguien dijo, “Conócete a ti mismo y conocerás a Dios”.
 
¡Aprende a conocerte!
 
Ama y te amarán; comprende y te comprenderán; da y recibirás.
 
¿Qué más puedo decirte? 
 
OM…OM…OM…
 
10 de junio de 1999