Comentario Editorial #2
 
 
9 de junio de 1999
 
Por Hortensia De la Torre (Yao Feng)
 
 
Cada una de estas vidas es una experiencia en la que aprendemos que mientras escojamos el camino de la materia física como nuestro único medio de aprendizaje, siempre encontraremos los polos opuestos, el bien y el mal, el calor y el frío, lo ancho y lo estrecho, y así sucesivamente [mentiras o verdades relativas]. Nunca encontraremos la Verdad Trascendental. Si no nos guiamos solamente por la apariencias externas, y sí contáramos con la intuición espiritual, veríamos que la riqueza está escondida en la pobreza; que el amor está escondido en el odio; que la belleza está escondida en la fealdad; que la luz está escondida en la oscuridad y que la sabiduría está escondida y durmiendo en la inconsciencia.
 
No nos dejemos engañar. Levantemos el velo que cubre todas esas verdades, discriminemos y distingamos claramente desde el punto de vista del espíritu, para así poder caminar sin tropiezo por este pasaje que definitivamente nos conduce a la Paz, la Sabiduría y el Amor verdaderos.
 
Cristo dijo, “Él que tenga oídos que oiga y él que tenga ojos que vea”.
 
Usemos esos ojos y esos oídos espirituales que están dormidos, despertémoslos, transformémoslos en un instrumento divino capaz de discernir entre lo real y lo irreal, entre la oscuridad y la luz y entre la muerte y la vida. Om… Om… Om…
 
 
 
Deseándoles la Paz Divina,
Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
9 de junio de 1999