El Despertar de la Fe en el Mahayana - 5
 
 
Continuación
 
 
Ahora, si él practica la “cesación” solamente, entonces su mente estará hundida en la complacencia propia y él será indolente; no se deleitará en hacer buenas obras sino que se mantendrá apartado del ejercicio de la gran compasión. Por lo tanto, es necesario igualmente, practicar la “observación clara”.
 
La Práctica de la Observación Clara
 
Aquel que practica la “observación clara” deberá observar que todo fenómeno condicionado en el mundo es cambiante y está sujeto a la transformación y la destrucción instantánea; que todas las actividades de la mente surgen y se extinguen de momento a momento; y que, por lo tanto, todo esto induce al sufrimiento. Debe observar que todo lo que ha sido concebido en el pasado era como la neblina y como el sueño, que todo lo que es concebido en el presente es como destello de luz, y que todo lo que será concebido en el futuro, será como las nubes que se levantan de repente. También debe observar que las existencias físicas de todos los seres vivientes en el mundo son impuras y que entre esas variadas impurezas no hay una sola que pueda ser buscada para obtener la felicidad. Él debe reflejar en la forma siguiente: todos los seres vivientes, desde el principio sin principio, porque están penetrados con la ignorancia, han dejado que sus mentes permanezcan en el samsara; ellos ya han sufrido todas las grandes miserias del cuerpo y de la mente, en el presente están bajo una presión y limitación incalculables, y en el futuro sus sufrimientos serán igualmente sin límites.
 
Estos sufrimientos son difíciles de abandonar, difícil de sacudirse de ellos, y todavía estos seres están inconscientes de que ellos están en tal estado; por esto, ellos inspiran una gran lástima. Después de reflexionar en esta forma, él debe sacar a flote su valor y tomar el gran voto o hacer la gran promesa para este efecto: que mi mente sea libre de discriminación de manera que pueda practicar todos los variados actos meritorios en todas partes en las diez direcciones; que pueda, al final del futuro, aplicando los medios pertinentes ilimitados, ayudar a todos los seres sintientes que sufren, de forma que ellos puedan obtener la bienaventuranza del nirvana, la meta última.
 
Habiendo hecho tal voto / promesa, él debe, de acuerdo a su capacidad y sin vacilación alguna, practicar cada clase de bien todo el tiempo, en todos los lugares y no ser indolente en su mente. Excepto que cuando él se sienta en concentración, en la práctica de la “cesación”, debe todo el tiempo reflexionar en lo que debe ser hecho y lo que no. Si camina, está parado, sentado, acostado, o levantándose, debe practicar ambas a la par, la “cesación” y la “observación clara”.  Diríamos, debe meditar sobre el hecho de que las cosas en su naturaleza esencial no tienen nacimiento; pero al mismo tiempo, debe meditar sobre el hecho de que el karma bueno y malo, producido por la combinación del origen primario y los orígenes coordinados, y las retribuciones del karma en términos de placer, dolor, etc., ni se pierden ni se destruyen.
 
Aunque él debe meditar en la retribución del karma bueno y malo producida por los orígenes primario y coordinadores [específicamente, él debe practicar la “observación clara”], también tiene que meditar en el hecho de que la naturaleza esencial de las cosas es imposible de obtener por el análisis intelectual. La práctica de la “cesación” capacita a los hombres ordinarios a curarse ellos mismos de sus apegos al mundo, y capacita a los seguidores del Hinayana a abandonar sus puntos de vista, que se derivan de la cobardía. La practica de la “observación clara” curará a los seguidores del Hinayana del error de tener mentes estrechas e inferiores que no hacen surgir o no producen gran compasión, y liberará a los hombres ordinarios de su insuficiencia para cultivar la capacidad para el bien. Por estas razones, ambas, la “cesación” y la “observación clara” son complementarias e inseparables. Si las dos no se practican juntas, entonces uno no puede entrar en el camino de la iluminación.
 
Después de esto, suponiendo que hay un hombre que aprende estas enseñanzas por primera vez y desea buscar la fe correcta pero carece de valor y fuerza. Porque el vive en este mundo de sufrimiento, él teme que no siempre será capaz de conocer los Buddhas y honrarlos personalmente, y que, siendo la fe difícil de perfeccionar, él estará inclinado a retroceder. Él debe saber que los Tathagatas tienen excelentes medios pertinentes por lo cuales pueden proteger su fe: esto es, a través de la fuerza de la meditación firme y constante en el Buddha, satisfaciendo sus deseos él será capaz de alcanzar el de nacer en la tierra de Buddha, de ver al Buddha siempre, y de estar para siempre separado de los diabólicos estados de existencia.
 
Es como dice el sutra: “Si un hombre medita completamente en el Buddha Amitabha en el mundo del Paraíso Occidental y desea nacer en ese mundo, dirigiendo todo lo bueno que él ha cultivado hacia esa meta, entonces, él nacerá allí.” Porque él ve a Buddha todo el tiempo, él nunca retrocederá. Si él medita en el Dharmakaya, la Semejanza del Buddha, y con diligencia continúa practicando la meditación, él será al final capaz de nacer allí porque habita en el samadhi correcto.
 
PARTE 5 – El fomento de la Práctica y el Beneficio de Esto
 
Como ya hemos explicado en las secciones previas, el Mahayana es el tesoro secreto de los Buddhas. Si hay un hombre que desea obtener la fe correcta en el Dominio profundo del Tathagata y entrar en el camino del Mahayana, poniendo bien lejos de él mismo cualquier difamación de la enseñanza de Buddha, él debe sostener fuertemente este tratado, deliberar en él y practicarlo; al final será capaz de alcanzar la iluminación suprema. Si un hombre, después de haber escuchado esta enseñanza, no siente ningún temor o debilidad, debe saberse que tal hombre debe llevar el linaje de Buddha y recibir la predicción del Buddha de que él obtendrá la iluminación. Incluso si un hombre fuera capaz de reformar a todos los seres vivientes a través de todos los sistemas en el universo e inducirlos a practicar los diez preceptos, él todavía no sería superior a un hombre que reflexione correctamente en esta enseñanza incluso por el tiempo que toma comer una sola comida, porque las cualidades excelentes que más tarde será capaz de obtener son indescriptiblemente superior a aquellas que el anterior puede obtener.
 
Si un hombre sostiene este tratado reflexionando y practicando las enseñanzas dadas en él solamente por un día y una noche, las cualidades excelentes que él ganará serán ilimitadas e indescriptibles. Incluso si todos los Buddhas de las diez direcciones practicaran estas cualidades excelentes por largos e incalculables períodos de tiempo, ellos nunca podrían alcanzar el final de su alabanza, porque las cualidades excelentes de la Realidad (dharmata) son infinitas y las excelentes cualidades ganadas por este hombre serán igualmente ilimitadas. Si, sin embargo, hay un hombre que difama y no cree en este tratado, por un incalculable número de eones, irá a través de un inmenso sufrimiento por su falta. Por lo tanto, todas las personas deben reverentemente creer en él y no difamarlo, porque la difamación y la falta de fe gravemente dañará a uno mismo como a los otros y guiará a la destrucción del linaje de los Tres Tesoros.
 
A través de esta enseñanza todos los Tathagatas han ganado el nirvana, y a través de la práctica de ella todos los Bodhisattvas han obtenido la sabiduría de Buda. Debe saberse que fue por medio de esta enseñanza que los Bodhisattvas del presente están perfeccionando su fe pura; y que es por el medio de esta enseñanza que los Bodhisattvas del futuro perfeccionarán su fe pura. Por lo tanto los hombres deben diligentemente estudiarla y practicarla.
 
Profundos y comprensibles son los grandes principios del Buddha, Los Cuales he recapitulado y sintetizado aquí lo más fehaciente posible. Que cualquiera de las cualidades excelente que he ganado por este trabajo De acuerdo con la Realidad, sean extendidas para el beneficio de todos los seres.
 
 
Final del 'Despertar de la Fe en el Mahayana'
Traducido al Español por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
 
 
 
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